En diversas ruedas de prensa, en muchas de mis intervenciones plenarias, en entrevistas en los medios de comunicación he venido denunciando que el tripartito desde que comenzó su nefasto gobierno en Elche quería acabar con el contrato de construcción del nuevo Mercado Central y con ello producir una situación desastrosa para vecinos, placeros, comerciantes del centro y perjudicar el desarrollo social y económico de nuestra ciudad. Y lo avancé con todo conocimiento de causa porque nada más tomar posesión tanto Carlos González como Mireia Mollà realizaron reuniones internas en las que transmitieron la necesidad de romper ese contrato y que se buscara cualquier causa o excusa para conseguirlo; el fundamento era exclusivamente político, porque fue la condición que impuso Compromis al PSOE para hacer alcalde a Carlos González y mantenerlo así hasta el final de la legislatura.

« En este momento? nos encontramos con un nuevo gobierno tripartito, que movido por intereses de revancha quiere romper contratos totalmente legales, perjudicando a la ciudad de Elche», « De ese planteamiento de ruptura con el actual proyecto se deriva una consecuencia muy grave, además de perder la inversión, es que todos nosotros tengamos que pagar una indemnización millonaria que va a llevar a la ruina a este ayuntamiento». Estas son citas extraídas de una tribuna que publiqué en este diario en octubre de 2015. Por aquel entonces, desde el Partido Popular ya teníamos claro cuál iba a ser el plan del tripartito en relación al Mercado Central y por desgracia no nos hemos equivocado lo más mínimo. De aquellos polvos, estos lodos.

Desde ese momento han sido muchos los movimientos que se han realizado para romper este contrato. No los voy a reproducir aquí por conocidos, pero todos los informes, recursos y autodenuncias del propio ayuntamiento han sido contestados por todas las instancias confirmando la absoluta legalidad del proyecto y que no existe la menor tacha sobre el procedimiento de licitación y adjudicación. Incluso el último recurso al que se quería acoger el gobierno municipal, una supuesta afección de este proyecto a la declaración de Patrimonio de Humanidad del Misteri, utilizando sin rubor un documento en el que consta información manipulada e incluso con falsedades de bulto, no ha sido ratificado por el organismo al que se envió, el Comité Nacional Español de Icomos, que en su ultimo escrito viene a solicitar mas información al Ayuntamiento de Elche. Por tanto ni informe concluyente, que por otra parte no podría derivarse nunca de una información incompleta y sesgada, ni causa alguna legal de rescisión del contrato.

Ante la situación de no conseguir ninguna causa legal para rescindir el contrato y ante el acuerdo expreso de PSOE y Compromis de romperlo, el alcalde ha optado por cumplir su acuerdo con Compromis. Simplemente esa es la razón. Y con esta decisión las consecuencias para Elche serian perder: una inversión de 12 millones de euros, un nuevo edificio moderno de plaza de abastos con restauración, la recuperación patrimonial de los baños árabes, la recuperación urbanística del centro ciudad con nuevas zonas peatonales (por tanto menos trafico) y una mejora comercial tan necesaria. A cambio tendremos un edificio en ruinas por lustros, abocados a un procedimiento judicial y que finalmente todos los ilicitanos pagaremos con total seguridad una indemnización millonaria, que hipoteca a futuras corporaciones con una deuda extra en las arcas municipales. Pero los caprichos de la señora Mollá y la debilidad del peor alcalde de la historia de Elche nos ha llevado a esta situación. Es lo que hay.

Y para que no nos quedemos solo con los avisos y manifestaciones que este grupo municipal lleva haciendo desde principio de legislatura me gustaría rescatar una afirmación llamativa y a la vez preocupante que se recogió en las páginas de este periódico hace unos días, tras saltar la noticia de la ruptura del contrato por parte del alcalde. La tribuna la firmaba uno de los placeros que, como tantos a día de hoy, sufre en primera persona las decisiones de un ayuntamiento que no mira por sus ciudadanos ni por el futuro de una ciudad como Elche. Tomás Quiles recogía en su tribuna « ya nos lo dejó claro José Manuel Sánchez , concejal de Urbanismo, en la reunión que tuvimos con él a principio de esta legislatura, diciendo: 'voy a hacer todo lo posible para que esté proyecto no se lleve a cabo'». Nada más que añadir ante temerario aviso que se ha hecho realidad años más tarde.

Y me voy a permitir acabar esta tribuna repitiendo el final de la que ya escribí hace más tres años: « es una auténtica vergüenza como se trabaja por perjudicar a la ciudad por los gobernantes, pero está claro que la ciudadanía de Elche debe levantar la voz y no consentir este atropello y si ellos rompen con todo que sean los responsables personales de la deuda que le creen a la ciudad". ¿Creen que es un dèjá vú? Creen bien. Pero en su versión más pésima.