¿Existe la vocación de ser madre, enfermera o cuidadora? ¿Existe la vocación de científica o ingeniera? Creo que no peco de exagerada si afirmo que es necesario despertar vocaciones científicas y tecnológicas en las chicas; que es necesario valorar, visibilizar e incentivar las carreras científicas no sólo por justicia sino también, y no menos importante, con el fin de ofrecer modelos a las nuevas generaciones. Quién en algún momento de su vida no ha dicho: «Yo quiero ser como ella»; ¿quién no desea para su hija una carrera brillante que le permita integrarse en profesiones del futuro?

Si existe un reducido número de científicas, ingenieras y tecnólogas -en algunas áreas, la presencia de las mujeres es casi testimonial-, es porque en las universidades existe una fuerte masculinización y feminización de determinadas titulaciones. A las Facultades de Educación y Ciencias de la Salud van más chicas que chicos -véase las titulaciones de Maestro/a de Educación Infantil o Primaria las de Enfermería con más de un 90% de chicas matriculadas, y en el polo opuesto, las titulaciones de Ingeniería y Telecomunicaciones, con más de un 90% de chicos matriculados. Existe preocupación por parte de los responsables del gobierno de las universidades de la necesidad de poner en marcha recursos, acciones e ideas para reducir la brecha de género e incentivar las vocaciones de las chicas en las disciplinas STEAM (Acrónimo en inglés de los términos Science, Technology, Engineering, Arts and Mathematics). No debemos despreciar el talento femenino. Las chicas obtienen de media mejores notas en el Bachillerato que los chicos y no podemos permitir que se descuelguen de la investigación, de las carreras del futuro, que son también las mejor retribuidas.

¿Qué consecuencias tiene la feminización o masculinización de los estudios universitarios? Con este desequilibrio que se repite en los diferentes campus, se deduce que las carreras que forman para las profesiones del cuidado las eligen y desempeñarán mayoritariamente las mujeres. Maestras y enfermeras son profesiones feminizadas mientras que las ingenierías, las telecomunicaciones, las vocaciones más científicas son opciones que «enganchan» menos a las chicas. ¿Es algo innato a ellas o la sociedad, los patrones culturales que tanto influyen en la decisión de la carrera a elegir son los causantes de esa falta de incentivación?

Pensemos que, si un escaso número de mujeres cursa ingeniería informática, esto se traduce en que menos del 20% de las plantillas de las grandes empresas tecnológicas son mujeres y menos de un 5% de las start ups que consiguen financiación están creadas por mujeres. Así lo afirma Nuria Oliver, ingeniera en Telecomunicaciones e incansable comunicadora en pro de la corrección de la brecha digital en las mujeres: «Por cada dólar que gana un hombre en las disciplinas STEAM, una mujer gana 86 céntimos». La brecha digital entre mujeres y hombres es sinónimo de desigualdad salarial y tendrá como consecuencia más grave, que un número importante de mujeres se verán fuera de las profesiones de futuro. Dice el historiador Yuval Noah Harari que hay algo peor que la explotación o la desigualdad: la irrelevancia.

¿Por qué una chica no suele elegir estas carreras? Existen muchas y variadas razones que resumiremos. En primer lugar, los estereotipos sociales hacen pensar que son carreras difíciles, que no son apropiadas para el sexo femenino, que dificultan la conciliación familiar. ¡Qué mejor elección para una chica que quiera ser madre que elegir una carrera que le permitirá disfrutar de las mismas vacaciones que sus hijos! En segundo lugar, influye la imagen negativa o «friki» de los informáticos y de los científicos. Muchas chicas piensan que es incompatible una imagen femenina con estas profesiones, que las chicas que se dedican a ellas desprecian el mundo de la moda o la coquetería. Y por último y más importante, la falta de visibilidad de las mujeres en estas áreas de conocimiento. Necesitamos modelos de éxito para despertar vocaciones en las chicas. Sin modelos a imitar o seguir las mujeres no entraremos en estas profesiones.

Falta una última e importantísima razón, la implicación de la sociedad. El compromiso de los poderes públicos, de los gobiernos de las universidades, la implicación de las familias para que luchen con el fin de que nuestras hijas no se descuelguen de la brecha digital, de la investigación. Esta semana se han dado a conocer los Premios Nacionales de Investigación. El gobierno de Rajoy los eliminó y no se convocaban desde 2014. Cinco científicos han sido premiados, pero es que el 87% de las candidaturas presentadas eran de hombres. Según fuentes ministeriales, el 44% de los integrantes del jurado eran mujeres. Las candidaturas no podían ser presentadas por los propios científicos, sino que se presentaban a iniciativa de cinco investigadores de prestigio o de instituciones como universidades o reales academias. Es decir, nada impedía en las bases de la convocatoria que se presentaran mujeres, la composición del jurado era equilibrada pero la falta de propuestas podría haber sido un factor de esta ausencia. Con un 35% de mujeres en el CSIC y sabiendo que existen buenas investigadoras en nuestro país, tal vez haya faltado interés en buscar y rescatar a la compañera de área de conocimiento o de profesión. Porque haberlas las hay. No verlas pudiera contribuir a negarle a las mujeres la parte de la Ciencia que les corresponde.