El último domingo de noviembre, coincidiendo con la Fira de Santa Caterina, se viene celebrando en la Plaza de la Sala de Monóvar la Fira del Llibre. Desde hace más de treinta años, que se consiguió recuperar esta vieja tradición, han sido muchas "les paradetes" de librerías locales y comarcales, asociaciones culturales, sociales y musicales las que atraían a miles de monoveros y monoveras a esta "exposición" anual, sin pedir nada a cambio.

Con el paso de los años esta Fira se ha convertido en un "mercadillo" de la rifa del jamón de turno, de la papeleta y del décimo de Navidad, donde los "vendedores", de forma directa o indirecta, ofrecen sus coquitas y mistelas para intentar vender su producto.

La Fira se ha convertido en un "acoso" de la papeleta a todos los que se les ocurre acercarse a ella. Desde un euro de la rifa hasta los 23 euros del décimo de Navidad. Los auténticos vendedores de libros que vienen de fuera de la localidad y los locales, ya son pocos por cierto, se quedan "boquiabiertos" ante tanta mercadería y regresan a sus lugares de origen sin apenas cambiar un billete de veinte.

Los organizadores de este evento, llámese Ayuntamiento de Monóvar o Concejalía de Cultura y la de Festejos, con su Junta Festera, tendrán que replantearse muy seriamente el futuro de La Fira y sus "paradetes", porque si esto sigue así, posiblemente en un futuro no muy lejano los monoveros y monoveras tendrán miedo de asistir a la Plaza de la Sala, a no ser que lleven una buena "butxaca" destinada exclusivamente a los fines que hoy por hoy prevalecen en la Fira del LLibre.

Y el pasado domingo esta situación, convertida en realidad, estaba en boca de muchos monoveros y monoveras.