¡Echa el freno, madaleno! Resulta que, una vez más, se demuestra que los alicantinos, en general, y los «vegabajeros», en particular, hemos hecho el canelo y que somos más tontos que Abundio, que «cuando iba a vendimiar se llevaba la uva de postre». Pero, esta vez, no es culpa nuestra -¡o sí, porque nos fiamos de «tol» mundo!-, sino porque, otra vez, nos han hecho el «timo de la estampita», en plan Toni Leblanc y Antonio Ozores en la peli «Los tramposos», de Pedro Lazaga, aunque no nos hemos «dao» cuenta hasta comprobar que la tomadura de pelo ha sido de las que hacen época. ¡Vamos, que, «one more time» (en español, una vez más), nos la han metido blanda!. Esto es -con todo mi respeto para con este colectivo- como lo del chiste del homosexual que se presenta a las elecciones y es elegido por mayoría, porque «ya que nos van a dar por ?, que lo haga un profesional!. ¡Haber pedido susto!».

Se me abrieron las carnes cuando me eché el periódico a la cara y leí: «La patronal turística avisa de que un AVE más lento resta competitividad». Y aluciné cuando vi que la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (HOSBEC) -¡coño, la Vega Baja es Costa Blanca!- «considera indecente» que la línea Alicante-Madrid -¡y viceversa, claro!- tenga trenes de los años 90; es decir, trenes que tienen más de veinte años y que los hemos heredado de la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona. ¡Joder, de cuando mandaba Felipe González!. ¡Estarán más que amortizaos!; ¿no?. ¡Antes los mandaban a países «necesitaos; ahora nos los mandan a nosotros, que también estamos nesesitaos»!. ¡Mangurrianes, lo que no queráis para vosotros, no lo queráis para nadie!.

Siempre os he dicho que no soy «masoca» y os lo he jurado, muchas veces, por D'Artacacan y los Mosqueperros, por lo que, aunque debería no leer los periódicos y dedicarme a jugar a la petanca con mi amiga Eva, tiro «palante», como los de Alicante -¿será por aquello de la deformación profesional?- y ¡que sea lo que Dios quiera!. Me he «encomendao» a toda la corte celestial, pero ni aun así; ¡estoy al borde de un ataque de nervios!, con permiso de Pedro Almodóvar. Y todo porque veo que «RENFE reduce la velocidad del AVE Alicante-Madrid para que no se quemen los motores». ¿Llevarán incorporada una dotación de la UME, por si acaso?. ¡Vamos, que los motores son peores que los que McLaren le ha dado a Fernando Alonso para intentar mojarle la oreja a Louis Hamilton y Sebastian Vettel!. Casi sin reponerme del susto, leí que la compañía aumenta en trece minutos el tiempo de viaje y «anuncia una inversión de 22 millones para renovar las máquinas de los trenes». ¡Siempre nos quedará Paris!. Atisbo, no sé si es porque «soy imprudentemente optimista», un rayo de luz -¡anda, como Pepa Flores/ Marisol!-. ¡Parece que no todo está perdido y es en ese momento cuando me acuerdo de la afición de mi Elche, que, cuando los partidos se ponen «más negros que el sobaco de un mono» y para animar al equipo, cantan lo de «échale huevos?». ¡Y me vengo arriba, porque no hay mal que cien años dure, aunque tratándose de RENFE todo hay que ponerlo en cuarentena!. Por ejemplo, me asaltan varias dudas: ¿el billete del viaje, pese a que los trenes llevan máquinas de mierda -tienen 26 años- y a que durará más de lo estipulado, costará lo mismo o será más barato?; ¿regalarán, además de auriculares para escuchar música durante el trayecto, refrescos y frutos secos?; ¿vendrán Pedro II «el bocas» y su «palmero» José Luis Ábalos, a saber ministro de Fomento, con competencias en obras públicas, transportes y comunicaciones, a vendernos a los alicantinos, en general, y a los «vegabajeros», en particular, otra moto sin manillar?; ¿serán Quino I de Morella y Moniquita Oltra los encargados de, por enésima vez, hacernos el timo del «tocomocho» sin anestesia ni miramiento?; ¿nos venderán aquello de que en Orihuela habrá una parada del AVE?. ¡Joder, qué estrés!. Voy a tener que hacer mío lo de Santa Teresa, «vivo sin vivir en mí».

Lo de «viajeros al tren», pese a que hablamos del AVE (Asociación de Vecinos Escamaos), será posible, incluso en marcha, porque como irá despacito -¡como Luis Fonsi!-, ¿quién no va a ser capaz de dar un saltico para subirse al convoy?. ¡Este caballo de hierro tiene que ser el caballo del malo, porque va más lento!.