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Alicante, centro europeo de la inteligencia artificial

¡lbricias! ¡Eureka!, me mandan el otro día un wasap con la grabación de una tertulia en una emisora de radio nacional en la que ponen a Alicante por las nubes, diciendo que nos hemos convertido en el centro europeo de la Inteligencia Artificial. Pues voy a brindar con una botella de cava bueno, porque tenemos lo que no nos merecemos. Bueno yo sí me lo merezco y ustedes también; mucho menos se lo merecen los de siempre. Hemos pasado de ser la patria de la especulación, de las cajas de ahorros corruptas que «eran lo peor de lo peor», de las compras y ventas de voluntades políticas, del Alicante de Ortiz al Alicante de Pedreño, lo que es todo un avance, qué quieren que les diga.

El pasado viernes los mayores expertos en Inteligencia Artificial de Europa se dieron cita en la capital para celebrar el I Congreso Internacional de Inteligencia Artificial. El hecho no es fortuito ni han venido por aquí porque haga más calorcito que en la meseta o el arroz esté buenísimo, que sí, pero no es por eso. Dicen que en Alicante, parafraseando a Carter, descubridor de la tumba de Tutankamon, «están pasando cosas maravillosas», por ejemplo que Google señale la provincia como la más desarrollada de Europa en Inteligencia Artificial o que tengamos aquí a varios de los especialistas más renombrados en ese campo.

Les doy unos pocos nombres seguramente más conocidos en el mundo mundial que aquí, pero todos de nuestra tierra, como Nuria Oliver, directora de Investigación en Ciencia de Datos en Vodafone; Andrés Pedreño, Director del Observatorio de Inteligencia Artificial, y miembro del Comité de Expertos que designó el Gobierno para elaborar el Libro Blanco sobre la Inteligencia Artificial y el Big Data; Andrés Torrubia, CEO de Fixr, que recientemente ganó a los mayores expertos mundiales un concurso del gigante chino Alibaba o Javier García Martínez, Director del Laboratorio de Nanotecnología Molecular de la Universidad de Alicante (UA) y fundador de una de las empresas más reconocidas del sector, Rive Techonology.

Hay más, muchos más. A algunos se los habrán cruzado por las calles esta semana sin saber que en su bolsillo o en la cartera llevan tecnologías y chismecitos diseñados por ellos y ellas. ¿Y por qué en Alicante se da esa concentración de talento? Pues estas cosas no suceden por generación espontánea ni nadie decide un día que la provincia se va a dedicar a esto o lo otro. Muchas veces es una cuestión voluntarista de alguien que tira del carro y otros que siguen su huella hasta que una multitud va detrás. A mí me da mucha envidia porque he visto muchas veces aquí en la provincia cómo alguien levanta una bandera, grita «a por ellos», pica espuelas al galope y cuando se da cuenta, vuelve la vista atrás y nadie le sigue.

Pero bueno, en este caso hay una polvareda detrás del estandarte por varios motivos, y esta vez sí que son activos de la provincia susceptibles de generar empresas potentes, innovadoras y de proyección mundial, que algunas ya existen, aunque son prácticamente desconocidas fuera del mundo de los especialistas. Tenemos uno de los mejores aeropuertos europeos, una población importante y, en un radio relativamente pequeño, siete universidades, dos parques científicos, un parque empresarial como el de Elche que es modelo a seguir, la EUIPO y ya llegamos al arroz, al clima, hospitales de referencia y calidad de vida. ¡Ah!, y el mar. Si les parece poco sepan que con muchísimo menos se hizo Silicon Valley.

¿Qué necesitamos para seguir en esa línea? Pues seguramente que todos nos creamos lo importantes que somos y lo que podemos llegar a ser y que las administraciones dejen de mirarse el ombligo y se pongan a facilitar medios. Como el Distrito Digital, por ejemplo, que es un gran proyecto, pero como yo soy escéptico tirando a cínico y más desconfiado que Santo Tomás, me lo creeré cuando lo vea funcionando.

Lo bueno de la Nueva Economía, que yo siempre escribo así, con mayúsculas, es que en su primera fase necesita cosas tan sencillas como un cerebro formado que forja una idea. Nada más y nada menos, ni siquiera un lápiz. Lo más barato y lo más caro que hay en la creación es una mente brillante que se pone a pensar y diseña cosas maravillosas para mejorar la vida de los bípedos. El que inventó la rueda seguramente no fue a pedir una subvención al consejo de la tribu y lo más probable es que sus coetáneos le pusieran a caldo por no irse a cazar mamuts o a escardar cebollinos cuando tocaba. Claro que luego todos chuparon rueda cuando tocaba cargar al bicho y lo subían al carrito.

En economía todo es importante, desde el pipero que vende regaliz y chucherías -¿existen o es un recuerdo de mi niñez?- al industrial que fabrica coches, lavadoras o zapatos. Todo cuenta y todo suma, pero yo por la Nueva Economía tengo un cariño especial y creo que con un poco de suerte Alicante va a jugar un papel muy importante a no mucho tardar. Ya ven, en eso sí que soy optimista.

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