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F. J. Bernabé

Lluvia de estrellas

Ha llovido mucho, y no solo estrellas, desde que un rutilante Quique Dacosta recogiera en el Congreso Lo Mejor de la Gastronomía, en San Sebastián, hace 14 años, acompañado por el entonces diputado provincial de Turismo, Sebastián Fernández, el premio al Mejor Cocinero del Año. La Diputación entendió entonces la oportunidad de apoyar un sector tradicional pero que empezaba a despuntar brillantemente en el panorama nacional e internacional. Al año siguiente hubo desembarco y la Costa Blanca tomó Donosti con un ya reconocido Dacosta -que aupó a lo más alto todo un gurú de la gastronomía como Rafael García Santos, alma mater del certamen- y arropado nada más ni nada menos que por el póquer de damas que en aquellos años formaban cuatro grandes cocineras de la provincia como Susi Díaz, María José Sanromán, Mari Carmen Vélez y la tristemente desaparecida Pepa Romans, un póquer de damas al as con el que Alicante reivindicó su nivel de entonces. Toda una pica en La Concha, sin duda alguna.

Algo deben estar haciendo bien nuestros cocineros y nuestros restaurantes para que esas primeras estrellas no solo sigan brillando hoy en día, sino que además hayan irradiado con su inagotable energía distintos lugares de la provincia lideradas por un Quique Dacosta que vino para quedarse.

La apuesta por la formación es sin duda una de las claves, manteniendo al tiempo firmes las raíces arraigadas en una rica tradición, y aderezada con el talento y la creatividad de sus cocineros. El mejor ejemplo, una de las nuevas estrellas Michelin de este año, la concedida al restaurante El Xato, de La Nucía, con 104 años de historia en sus fogones y cuatro generaciones en un negocio familiar. Las estrellas no caen del cielo, hay que subir a buscarlas.

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