Sin techo. ¡Qué texto más simple y cuánta historia?! Estas palabras encierran sufrimiento, soledad, distancia, olvido? Y la palabra «persona». Hoy es un día para tratar el inmenso campo de la pobreza, que cada día va creciendo junto a nosotros de forma silenciosa. Para nadie es grato entrar y mucho menos permanecer, pero la verdad es que lo tenemos a la puerta de casa y en cada esquina.

No podía pasar este día sin que nuestro corazón de voluntarios de la Asociación Comunidad de Personas Marginadas de Alicante, Acomar, tuviera no ya un simple recuerdo, sino todo nuestro cariño, a todos los colectivos de pobreza que llegan diariamente a nuestra humilde Casa de Acogida y Seguimiento. Personas que carecen de hogar, techo, alimentación, ropa, medicinas. Personas que, por la circunstancia que sea, no tuvieron la oportunidad de entrar en el mundo laboral, social y cultural. Y, si la tuvieron, la perdieron antes de comenzar a vivir en el abandono personal, de caer en las dependencias y de llegar a otras situaciones dolorosas. Hay que tenerlo claro: estas personas desean salir de todo ello, pero solas no pueden.

Muchas buscaron una mano amiga que le ayudase a dejar todo lo que le ataba a la pobreza, pero no la encontraron. Qué pena. Se han quedado a la espera y, de tanto esperar, echaron «raíces» en el inmenso campo de la pobreza y hoy la viven de forma crónica. Buscan y buscan su dignidad, alguien con quien dialogar, que al menos las escuche y sepa de su vida, intentando obtener la ayuda que necesitan. Porque la mayor carencia de todas estas personas es la de no sentirse amadas.

No se trata ahora de tener una información de cuántas personas están en estas circunstancias. No. No es momento de pasar revista a estadísticas, informes, resúmenes, números, tantos por cientos. Eso, para estas personas, no conduce a nada y para nosotros que diariamente las atendemos menos.

¿Tú has pasado algún día en compañía de una persona, sola, abandonada, que está en la calle? ¿Has dialogado con ella? ¿Quieres saber lo que es el día con un sin techo? En nuestra asociación hay personas que antes de la acogida han vivido esa experiencia día y noche y otras que viven muchas horas en la cercanía con el sin techo. El sin hogar no se hace de hoy a mañana. ¿Cuántos meses, cuántos años lleva esa persona pernoctando en el suelo con un cartón como cama, con una simple chaqueta para cubrirse, con una bolsa de plástico en cada pie para que no se le enfríen? ¡Estamos cansados de verlos! Contando con el contenedor o alguien que le dé algo de comida para cenar, comer o desayunar. ¿Ha hablado alguien con esa persona, se le ha escuchado?

La calle es muy larga. Todo el día esperando para ver si lo que recoge da para un alojamiento. La calle está vacía. Es muy penosa la tristeza y soledad de la persona sin techo. Aquí no hay diálogo, no le espera nadie, solamente el banco de madera, la chaqueta, el cartón y las bolsas de plástico.

No le hables del día del sin techo. No. Háblale sin más, cualquier día, y actúa para que tenga dónde dormir. Háblale con obras. ¿Ha cenado? ¿Se ha duchado? ¿Ha comido hoy? ¿Desde cuándo no come comida caliente?

Acomar somos una asociación comunidad legalmente constituida, siendo entidad de utilidad pública. Un matrimonio se creyó el Evangelio y comenzó a ponerlo en práctica por las calles de Alicante el 2 de febrero de 1990. Actualmente somos unos 92 voluntarios y voluntarias, la mayoría jóvenes. Provienen de colegios religiosos, institutos, asociaciones y de la Universidad. Nuestra misión no consiste solamente en dar por dar, sino en dialogar, escuchar, escuchar a la persona y saber cuál es la raíz de su pobreza para comenzar a cortarla mediante el proceso que corresponda. Si la persona quiere, puede comenzar en Acomar. Tiene cubiertos todos los servicios de atención básica: alimentación, seguimiento de su caso y, en algunos casos, alojamiento. Actualmente estamos atendiendo a un promedio diario de 70 personas, 29 de ellas en acogimiento integral. Nuestros recursos son muy limitados, nuestro servicio es diario. Porque el hambre, el dolor y la enfermedad no tienen vacaciones. No queremos cambiar el mundo, pero sí intentamos humildemente estar cerca de estas personas para que, en vez de estar sin comida, sin techo y sin ropa, tengan comida, techo y ropa para empezar a reconstruirse.