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Crítica de teatro

Liberación de ataduras

Perra de nadie

Paraninfo de la UA

Creación e intérprete: Marta Carrasco

El lenguaje corporal y gestual descubre formas y expresiones dramáticas. La danza-teatro de Marta Carrasco contiene elementos de la dramaturgia contemporánea y emplea estos modos narrativos. Unas técnicas teatrales que se apoyan en el diseño espacial y sonoro, la iluminación, el vestuario, el uso de objetos y la utilización de ciertas palabras. Provoca la atención del auditorio, desde el primer segundo, con su estética del sufrimiento, cercana a la agresión física, aunque también asoman rasgos de comicidad y poética ternura. El estilo simbólico y la tensión emocional de Perra de nadie llegan al espectador sin crear separaciones entre el público y la escena. Y se logra un ritual con los recursos expresivos de la premiada barcelonesa Marta Carrasco. Las teatralizadas figuras elaboran acciones donde brotan las mujeres que residen en la veterana e inquieta creadora. Rompe ataduras, se libera como persona e intérprete y estimula a la concurrencia. De entrada, lleva encima un corsé ortopédico, un collarín y unas prótesis. Esa mujer rota busca calor, el abrazo de los espectadores. Perras listas, maltratadas algunas, que ya estuvieron en sus anteriores montajes. Suena el tema Both sides now, y la situación provoca el primer impacto.

La habanera El amor es un pájaro rebelde, de la ópera Carmen, las notas sacras de Ave María o L-o-v-e, que canta Nat King Cole. Una frase grabada, Obediencia debida, se repite obsesivamente y un gran cuchillo amenaza. Piernas, brazos y pies cumplen su labor sentada, apoyándose en una mesa, sobre la silla y de pie. El fuelle coreográfico estrecha sus posibilidades. Caída en el suelo o se acurruca. Cambia de vestido. Y se venda la cara y la cabeza mientras escuchamos The beatitudes. Transmite angustia con sus posturas. Vuelve a ser niña con ajustada prenda y baila el discotequero ritmo. Airea sus pechos y la cubre una tela roja, grande. Oímos Gracias a la vida. Lentas posiciones con el encanto de la plasticidad, hasta que se embadurna y florecen el erotismo y la música de Schubert en el Paraninfo de la UA.

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