Hace unos días realicé con un grupo de amigos y amigas de la comarca del Medio Vinalopó una excursión por los parajes recorridos por el escritor de Castalla, Enric Valor. Entornos como Planisses, por cierto con dos masías en muy mal estado y que nadie hace nada por recuperarlas patrimonialmente, nos sirvieron para comprender y motivar más y mejor la lectura de su extraordinaria obra narrativa „novelas, cuentos populares„ escrita en una prosa valenciana insuperable, que tan bien conocía y que tanto contribuyó a normativizar mediante obras gramaticales y a difundir entre los ciudadanos y ciudadanas.

En Castalla, la Cassana literaria de la gran trilogía novelística de Valor, comimos unos buenos gazpachos y dimos un agradable paseo por el pueblo tradicional acompañados de los textos del escritor, editados por la Oficina del Ayuntamiento de Castalla.

Desde mediados de los años ochenta, el autor de las Rondalles Valencianes ha sido ampliamente difundido y estudiado en bibliotecas, escuelas, institutos y universidades. Su comarca, y especialmente su pueblo, lo han homenajeado con toda clase de actividades y actuaciones: simposios, ediciones, jornadas, nombres de centros educativos y culturales, etcétera.

Desde hace dos años, Castalla acoge unas Jornades educatives sobre l'obra de Valor, la Fira de la Fantasia «Enric Valor» y la entrega del Premi de novel·la «Enric Valor», de la Diputació d'Alacant, el mejor dotado económicamente en el País Valenciano. A estas diversas actuaciones en memoria del escritor hay que añadir la Càtedra Enric Valor, de la Universitat d'Alacant, y el importante homenaje que a lo largo del curso 2010-11 le rindió la Acadèmia Valenciana de la Llengua declarándolo «Any de l'Escriptor Enric Valor», celebración que contó con la colaboración de las universidades valencianas y diversos municipios vinculados al escritor, entre ellos la misma ciudad de Elda. Desde hace siete años un grupo de admiradores de Enric Valor ascendemos al Alt de Guisop todos los 22 de agosto a homenajearlo en el día de su nacimiento a la salida del sol: «L'alba de Valor».

Volvamos a la excursión por el entramado urbano de Castalla. Cuando paseábamos por el Carrer Major llegamos hasta la casa natal del escritor, vieja y con puerta y fachada en mal estado. Dos placas, una del Centre Cultural Castellut „ejemplar entidad que ha ejercido de depositaria moral y activa de la memoria del autor de las Rondalles a la largo de décadas„ y otra de Escola Valenciana sirven de indicador y reconocimiento del lugar.

Una amiga eldense me pregunta cómo se puede visitar. Yo le explico las circunstancias que hacen que lleve? „¿diez, quince años?„ esperando una intervención decidida de los poderes públicos, y especialmente de la Generalitat Valenciana, para convertirse en un espacio cultural visitable como la Casa Museu Enric Valor; que los que gobiernan actualmente en València tienen dicha intervención en su programa electoral, que? Mi amiga, mujer culturalmente sensible, exclama «todos son iguales, cuando se instalan en los centros de poder de València se olvidan de nuestras tierras, igual da que sea Alicante, Elda o Castalla». Yo le intento responder justificando la brutal insensibilidad de un conseller y una Conselleria de Cultura. Finalmente desisto y le doy la razón añadiendo «efectivamente, Inma, ni la Casa Museu d'Enric Valor, uno de los más importantes escritores valencianos del siglo XX, les interesa. Una verdadera vergüenza».