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Simenon cruza la frontera

"Liberty Bar" marca una ruptura: a partir de ella el autor belga empieza a alternar Maigret con sus novelas más literarias

Liberty Bar es la decimoséptima novela de Georges Simenon protagonizada por Maigret. La escribió en 1932 después de mudarse con su esposa Tigy y su cocinera Boule a La Richardière, una residencia de campo del siglo XVII, en Marsilly, la Charente Maritime, a unos siete kilómetros al norte de La Rochelle. La novela, que acaba de ver nuevamente la luz gracias a Acantilado, fue la primera que salió de La Richardière y supuso un punto de inflexión en la carrera del gran escritor belga. A partir de ella se sintió listo para embarcarse en la nueva aventura del roman dur, su obra psicológica o de destino, como algunos definieron los títulos en los que no aparecía el famoso inspector del Quai des Orfèvres, aquella especie de rayo de luz penetrando en la nube para esclarecer los crímenes más oscuros. De hecho, de las siguientes nueve novelas que siguieron a Liberty Bar sólo dos tenían a Maigret como protagonista.

Después de pasar casi seis años escribiendo pulps y gran cantidad de cuentos bajo seudónimos, a principios de 1930 sintió que podía emprender otro rumbo literario distinto. Fue, no obstante, cauteloso. Desconfiaba de los cambios repentinos, y en el fondo continuó desarrollando un género que sabía que su público más fiel iba a aceptar. La mayor parte de su producción procedía de la ficción policial de manera que siguió indagando en el crimen y penetrando en la oscuridad del ser humano. Aumentó el número de palabras distintas, sin excederse. Simplemente puso más huevos en la cesta, pero a ninguno de sus lectores adictos les pareció un autor irreconocible. Era el mismo Simenon acechando las almas oscuras como un observador desinteresado de sus historias, a la misma distancia del mundo que creaba mientras se limaba las uñas, como escribió de él John Banville.

Pero ¿de qué va Liberty Bar, la novela fronteriza de Maigret? Simenon, por lo pronto, no se inspira en la atmósfera atlántica de su nuevo hogar en la Charente, traslada la acción a la Riviera francesa. Sus personajes se mueven por Antibes, Cap d'Antibes, Juan-les-Pins y Cannes. La explicación está en que el inventor de Maigret se había mudado con una historia en el bolsillo: antes de aterrizar en La Richardière Simenon vivió temporalmente en la Ville des Roches Grises en Cap d'Antibes, desde noviembre de 1931 hasta febrero de 1932. Conocía bien el paisaje.

La novela comienza con Maigret llegando en tren a la estación de Antibes. Las razones del viaje del inspector a esa parte de la costa francesa no se aclaran lo suficientemente, excepto que un tal William Brown, magnate australiano retirado en la Costa Azul, ha sido asesinado. Maigret recibe instrucciones de manejar la investigación con cautela. Durante la Gran Guerra, Brown había trabajado para el Deuxième Bureau, el servicio de inteligencia francés, y a los superiores de Maigret les preocupan las posibles repercusiones políticas y diplomáticas del crimen.

El Liberty es el tugurio donde el magnate desaparecido pasaba las horas, comiendo, bebiendo y jugando: una barra estrecha, un estante con una docena de copas, la máquina tragaperras y un par de mesas. No les digo más, es una novela liminar. Hay que entrar en ella.

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