La última «palabra mágica» cuando se habla de procesos de negocio digital de las empresas es Blockchain, eso a pesar de que es una tecnología que apenas está comenzando su implantación y pocos profesionales tienen claro qué aplicaciones puede llegar a tener.

Quienes han oído hablar de este término suelen haberlo hecho con relación al famoso dinero virtual Bitcoin, pero las aplicaciones de Blockchain son muchas más y cada vez nos van a tocar más de cerca.

El Blockchain es un conjunto de tecnologías que permiten mantener un registro distribuido, descentralizado, sincronizado y muy seguro de la información que trabajan ordenadores y otros dispositivos, es decir, vendría a cumplir la función de un registro público en las operaciones digitales, ya que permite identificar a cada persona y dispositivo de forma única y almacenar y trazar esa identificación en todo momento. En cualquier caso, como otras tecnologías, será común utilizarla aunque sigamos sin conocer en detalle cómo funciona, tal como pasa, a modo de ejemplo, con los formatos MP3 o MP4.

La gran ventaja de Blockchain es que permite registrar una transacción, contrato o cualquier otro tipo de actuación en internet de manera verificable, infalsificable y transparente, sin necesidad de que un tercero verifique su validez. Además, permite sumar a la cadena con la misma fiabilidad el historial de evolución que pueda tener ese acuerdo. Esto es extrapolable a cada pago, cada contrato, cada tarea, que tendrían un registro fehaciente. De ahí que sirva para mantener un archivo vivo de a quién pertenecen las monedas virtuales como el Bitcoin.

El sector financiero es el que se ha lanzado con más interés a explorar el mundo del Blockchain, no solo por la irrupción de criptomonedas, sino por las ventajas que puede tener el mantener un sistema de registros (incluidos los contables) sin la participación de intermediarios.

Pero las aplicaciones para la empresa son muchas más. En el ámbito financiero, el Blockchain permitiría a una empresa presentar un historial de solvencia que le permitiría acceder a financiación y a los bancos, saber que prestan a un cliente solvente.

Disponer de un sistema de validación autónomo permitirá a las empresas automatizar numerosos procesos, desde la compra de materiales, hasta las gestión de nóminas, emisión de facturas, realización de pedidos de materiales y otros trámites y papeleos, automatizando procesos y ahorrando tiempo y dinero.

Llevado al ámbito personal, un currículum validado por Blockchain evitaría situaciones como las que hemos visto en algunos políticos en los últimos tiempos y facilitaría a los directores de personal su trabajo.

En las cadenas de producción permitirá registrar y trazar toda la información sobre cada componente y cada participante en la cadena de suministro de forma inmediata, desde el origen hasta el consumidor final. De esta forma, podría automatizarse el acceso de mercancías a un centro de producción, que solo levantaría la barrera si los insumos cumplen todas las normas de seguridad, por ejemplo. De paso, se evitarían sospechas o bulos sobre orígenes oscuros (como mano de obra infantil, explotación laboral o expoliación de enclaves naturales en origen) que tanto daño pueden hacer a las empresas.

La transparencia que puede aportar el sistema traerá también tranquilidad a los directivos de las compañías, pues, desde que se estableció en nuestra legislación la responsabilidad penal de las personas jurídicas, los empresarios son responsables de las acciones punibles cometidas por sus empleados y los directores responden por sus subordinados, una adecuada herramienta de Blockchain dejará registro de las malas prácticas y sus autores, pero también de los esfuerzos de los directores por evitarlas, lo que sería suficiente para eximirles de responsabilidad.