Hace 15 días se presentaron los Presupuestos de la Generalitat para 2019. Son los últimos que el actual Consell gestionará en su totalidad ya que el año próximo, en mayo, habrán elecciones autonómicas y será el nuevo Gobierno Valenciano el que aplicará o modificará el presupuesto ahora presentado.

Todo apunta a que el Consell, presidido por Ximo Puig, del PSOE, y compartido, en virtud del denominado «Pacte del Botànic» por Compromís en el Govern y con apoyo exterior de Podemos en Les Corts Valencianes podrá repetir, según todas las encuestas conocidas. Otra cosa será que su configuración sea la misma. Se apunta a un crecimiento socialista, beneficiado por la presencia de Pedro Sánchez en Madrid, a un cierto estancamiento de Compromís y a una bajada de Podemos.

El Presupuesto de 2019 es, por tanto, una previsión para un año electoral y como tal hay que entenderlo y, lógicamente y sobre el papel, muy ambicioso. Sube un 10% sobre el de 2018 y alcanza los 22.096 millones de euros. Es cierto que, para cuadrarlo se han hecho unas previsiones muy optimistas en los ingresos, que no serán fáciles de cumplir. La posibilidad de esos ingresos extra permite reforzar las disponibilidades de todas las Consellerías, cuestión importante siempre y más en un año electoral.

Aunque, curiosamente, el pago de la deuda que tiene nuestra Comunidad crece más que el propio Presupuesto. Sube el 12%. En 2019 habrá que pagar 5.782,6 millones de euros para ir amortizando deuda e intereses. Significa el 26% del Presupuesto de la Generalitat, o sea que de cada cuatro euros que se generan, uno es para pagar deudas. Recordemos que se deben, nada menos, que más de 46.000 millones de euros en estos momentos. Una parte importante es el resultado del asfixiante déficit de financiación autonómica que padecemos, desde hace años y, de otra, todavía se están pagando las políticas de grandes fastos de la época gloriosa del PP en que se derrochaba a diestro y siniestro, y el que venga detrás que pague.

Con un presupuesto que tiene un incremento tan importante para 2019 era lógico suponer que municipios como el nuestro, que nunca se han visto muy beneficiados desde Valencia, empezaran a notar seriamente que se atienden, por fin, sus necesidades. De un primer análisis de un Presupuesto muy inconcreto no parece que vaya a ser así. Se mantienen cantidades para proseguir actuaciones en marcha, como la mejora de la carretera de Santa Pola o la reforma del Hospital General. Aparece una partida para reformar el centro del Servef en la calle Mariano Benlliure y otra de sólo 100.000 euros para «construcción C.S. Altabix-Elx» que parece más simbólica que otra cosa. Hay una para financiar un plan de movilidad Alacant-Elx. Curiosamente no aparece el compromiso del president Puig de que, « en 2019, habría una partida de 8 millones de euros para comprar e instalar un Centro Internacional de Diseño y Moda del Calzado», en el antiguo Correos. Tampoco aparece nada sobre la construcción de un necesario nuevo Hogar del Pensionista en el sector 5º, en solar, se supone, cedido por el Ayuntamiento.

Faltan más referencias a actuaciones en las partidas ilicitanas que no ven reflejada su importancia suficientemente. No hay nada sobre traslado de la Depuradora de Algorós. Se proclama que se luchará por la supresión de barracones escolares y mejora de la calidad educativa. Falta hace que sea verdad en Elx. Hay que confirmar las actuaciones previstas, sin más retrasos, entre Consellería y Ayuntamiento con ese objetivo tan necesario. No se incrementa la partida de 48.000 euros para el Misteri ni la de 10.000 euros para ayudar al Ayuntamiento en los gastos del Patronato del Palmeral. Tampoco aparece el millón de euros que dijeron iban a invertir en el Hort del Gat para su rehabilitación. Y es que prometer es tan fácil...

Sería importante que estas y algunas otras cuestiones pendientes en Elx fueran, vía enmiendas a los Presupuestos, propuestas para su inclusión. En 2019 ya parece el momento adecuado para empezar a recuperar parte de lo que debimos recibir en los años pasados, en que estábamos aún más marginados.

En un aspecto más general, sí es importante el refuerzo que se hace de las partidas destinadas al gasto social. Las necesidades, en este aspecto, en nuestra Comunidad, son bastante evidentes. Las dificultades económicas y el peligro de caer en los riesgos de la pobreza o la exclusión social afectan a una parte importante de la sociedad valenciana, también en Elx. Los fondos destinados a este objetivo han aumentado, ahora hace falta que se utilicen ágil y eficazmente. En estos temas es muy urgente actuar ya.