Tras nueve intensos días de lluvia teatral en Alicante, llegó la calma. La tempestad ha pasado desapercibida para muchos, como suele ocurrir anualmente, pero ahí ha estado el extenso número de montajes de toda condición. Unos los aprovechan y otros siguen de espaldas ante cualquier evento de este tipo. Si no van nunca o acuden poco a la programación habitual de la temporada, por qué iban a asistir (suponiendo que la conozcan) a la XXVI Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos. Lo digo también por el sector cultural alicantino o por la gente del campo de la política. La Muestra no tiene reservado el derecho de admisión. Esto no es un coto privado de caza, ni es solo para miembros del club. Salvo raras excepciones, son los teatreros invitados y los más adeptos quienes se sientan. Solo al Principal de Alicante acuden espectadores de otra especie. En conjunto, la global afluencia no ha sido mala y los muebles se salvan un año más. Puede ser comprensible que más de uno no se sienta atraído y no quiera mojarse. No es una razón de peso, de todas formas, como para cruzar los brazos, inhibirse sistemáticamente y mirar al tendido de la indiferencia. Cabe, sí, la posibilidad de acudir y morir en el intento ante algún fiasco. Y de no volver ni a tortas. Pasen, vean con amplitud de miras y saquen conclusiones. Hay cuadros realistas, fáciles de comprender, y pinturas teatrales más renovadoras, que requieren una respuesta activa del público de cualquier edad.
La Muestra de Teatro Español tiene su sede por fortuna en Alicante. Sin estar todos los autores, el escaparate anual ofrece una notable representación de géneros estilísticos para saber por dónde van las obras y las producciones. La cuestión del teatro es conocer mejor la realidad, conocerse mejor a sí mismos e intentar mejorarnos. Plantear los dramas que nos envuelven, las miserias humanas. No alejarse del espectador. Por supuesto, ellas también escriben (o dirigen) individualmente o compartiendo escritura con hombres. «Eje del feminismo como clave de las transformaciones», según el director de la Muestra de Teatro, Guillermo Heras. Han circulado Sonia Alejo, África Llorens, María Cárdenas, Eva Redondo, Diana M. de Paco Serrano, Lucía Miranda, las alicantinas Josi Alvarado, Vera Lebrón y la directora Mercè Vila Godoy. O las veteranas actrices Rosario Pardo y Enriqueta Carballeira.
En cuanto a temas, el acoso escolar, la alienación y la necesidad de huir, la cara oscura de la naturaleza humana, la deshumanización del progreso... Los adictos a llamar la atención en las redes sociales y aumentar el número de seguidores a toda costa, la codicia, ver la vida de otro modo o la luz del humor que neutraliza sombras. Una explosión de creatividad, aunque no sea oro todo lo que reluce. En suma, promover la traducción de textos y la difusión de la dramaturgia actual para contribuir, por parte de todos y de las instituciones, a la «calidad económica y de vida de toda la ciudadanía», afirma Heras. La Muestra de Autores tiene presente y proyección de futuro.
