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Josefina Bueno

Tribuna

Josefina Bueno

Tómate el genérico y calla

En los últimos meses cuesta encontrar ciertos medicamentos en las farmacias. No se le ocurra pedir al boticario Adiro ?un antiagregante plaquetario-, le mirará como quien pide agua en el desierto. En su lugar, le ofrecerá con amable sonrisa el correspondiente genérico. Si es usted una persona curiosa, le aconsejo que no pregunte por los motivos de tal desabastecimiento, recibirá respuestas del tipo: «No se sabe»; «Están cambiando la fórmula»; parece ser que hasta el Brexit puede ser una de las causas. No busquen diferencias territoriales, no es un problema de aquí o de allí, de una provincia u otra, la escasez afecta a todo el país. Ya ven, en la salud y en la enfermedad, todos somos iguales.

Si nos asomamos a internet, algunas de las variadas razones mencionadas son: la escasez del principio activo, los problemas en la producción de los laboratorios, los trabajos de mejora en la planta de Bayer en Leverkusen, o los bajos precios de los medicamentos en España. Estamos hablando de un medicamento que cuesta 1,45?, unos precios enmarcados en la normativa sanitaria que lo hace accesible a cualquier persona. Me llama la atención el deseo de preservar el anonimato de las personas entrevistadas al apuntar que la mayor parte de la producción se está derivando a otros países donde los medicamentos se pueden vender a precios más elevados.

¿Qué ocurriría si nos viésemos obligados a consumir un producto de una «marca blanca» ante la dificultad (imposibilidad) de adquirir nuestra marca habitual o preferida? Es probable que las redes sociales, que los titulares de los periódicos no hablasen de otra cosa. Cuánto periodismo de opinión nos regalaría sesudas y perspicaces reflexiones. Sin embargo, he tenido que preguntar, buscar en internet, y esa falta de información es la que me sorprende en un tema que afecta a tantas personas, de cualquier edad y condición.

Aunque la escasez de esta marca concreta comenzó en verano, poco a poco la prensa se ha hecho eco de una realidad que afecta a más medicamentos, a una realidad que sólo preocupa a quien le toca. Así el diario INFORMACIÓN del 22.09.2018, titulaba: La falta de 380 medicamentos en las farmacias de la provincia; en el diario Levante del 29.10.2018 leemos: Farmacias al filo del desabastecimiento como una realidad ya contrastada. Y es que son muchos los medicamentos que no se encuentran disponibles y para los que se nos remite al genérico correspondiente. Aunque el genérico es equivalente al producto de marca, esta situación puede causar cierta incomodidad para quien lo adquiere, por ejemplo, con receta médica o puede generar inicialmente sorpresa para quienes estaban acostumbrados a la presentación de su marca habitual.

El otro día acudí a una farmacia en Alicante y tampoco encontré el genérico correspondiente: «Es tal la falta del medicamento original que puede ocurrir que una farmacia no lo tenga en ese momento», me comentaba la persona que me atendió, recomendándome buscarlo en otra farmacia. Se trata de medicamentos «de distribución controlada al existir unidades limitadas». Pensé que a mí me resulta fácil recorrer las farmacias de la ciudad o desplazarme en coche a otra, en busca del preciado producto, pero tal vez no sea tan fácil en pequeñas poblaciones o para las personas más mayores.

Bien es cierto que el tema de los medicamentos genéricos es complejo y es cierto que, al paciente poco le importa adquirir una marca u otra, con tal de que haga el mismo efecto. Sin embargo, no puedo evitar hacerme preguntas y no entiendo la escasa repercusión mediática del tema y la confusión que existe. ¿La situación que acabo de describir significa que la población española está condenada al consumo de genéricos, incluso para medicamentos que no cubre la Seguridad Social?; ¿cuándo acabará el desabastecimiento? ¿Es acaso el anuncio de una próxima reaparición con subida de precios? No me cabe la menor duda de que la situación está controlada por las administraciones competentes pero tal vez fuera necesaria una mayor información para no dar lugar a especulaciones o a temores infundados. Me temo que debe haber dinero e intereses en juego ?en España, por ejemplo, se venden más de 18 millones de unidades de Adiro 100mg al año-. El Ministerio de Sanidad está sobre el tema y actualiza permanentemente la web de la Agencia española de Medicamentos, a la vez que responsabiliza a los laboratorios que son los que tienen la obligación de garantizar el suministro pero, quién controla el negocio de los laboratorios farmacéuticos y quién puede, de verdad, exigirles ese cumplimiento. Vivimos tiempos de una excesiva información en todos los ámbitos de la vida, y a veces, con qué poco nos conformamos cuando se trata del derecho a disponer de una información sin especulaciones, sin confusiones, sin distorsiones, sin frases lacónicas del tipo: «Querida, tú ya sabes, los laboratorios tienen sus cosas».

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