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F. J. Bernabé

Opinión

F. J. Bernabé

El más difícil todavía

Mientras la Conselleria de Educación continúa intentando localizar profesores de Valenciano, entre otras especialidades, después de casi dos meses de clases de este curso en centros de Secundaria, pese a las sucesivas convocatorias de plazas por el sistema «urgente de difícil cobertura», se embarca en otra misión que se antoja el más difícil todavía. La Conselleria que dirige Vicent Marzà busca ahora profesores de Religión Islámica para siete colegios de la provincia, al tiempo que anuncia que la controvertida iniciativa se va a poner en marcha de manera inminente. Y digo que, a priori, parece complicada la búsqueda porque a los docentes, además de pedírseles contar con la declaración de idoneidad de la Comisión Islámica de España -la entidad representativa de las comunidades religiosas islámicas tras la negociación, para la firma y seguimiento del acuerdo Islam/Estado suscrito y aprobado en 1992-, se les exige Magisterio y la capacidad lingüística en Valenciano que pide la normativa en vigor, la «capacitació».

Al margen de lo expuesto, en los tres municipios señalados por la iniciativa -Almoradí, Catral y Crevillent- se han producido en mayor o menor medida reacciones contrarias. Pero es que hasta para Mimoun El Bouanany, integrado en el Consejo Escolar de Almoradí y que defiende la medida por considerar importante llevar su religión a los colegios para enseñar el Islam a los niños «de forma reglada, con un programa del Estado vigilado y con libros», entiende y apoya las reivindicaciones de la comunidad escolar y de su Ayuntamiento, que consideran que su problema es el hacinamiento, los «13 barracones donde se dan clases a 325 alumnos», reconoce. De ahí las preguntas: ¿Era ahora el momento de poner en marcha la iniciativa? ¿No tiene problemas más importantes Educación sobre la mesa?

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