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Unos presupuestos responsables en lo social y proactivos en lo económico

La pasada semana fue presentado el borrador de Presupuestos de la Generalitat Valenciana para el año 2019, y que, por cierto, tan extensamente han sido explicados desde las páginas del Diario Información. Desde estas líneas mis felicitaciones por el trabajo realizado y la labor de dar a conocer algo tan importante para el desarrollo de la Comunitat como son sus presupuestos. Y se darán cuenta de lo merecido de la felicitación a poco que revisen lo publicado desde la presentación de las cuentas el pasado 30 de octubre.

Y sobre el mismo, sobre las cuentas, me gustaría destacar que, por encima de su crecimiento, estos presupuestos transmiten por sus cuatro costados responsabilidad ante el mantenimiento y fortalecimiento de los derechos sociales, y también compromiso ante los posibles cambios que se puedan producir en entornos económicos que, ajenos a nuestra Comunitat, sí que pueden afectarnos en el medio y largo plazo.

Como digo, es un presupuesto que mantiene la política social como eje básico, pero que a la vez es capaz de incrementar el impulso en áreas de carácter económico y en infraestructuras. Es un presupuesto con capacidad de anticiparse ante las curvas que puedan venir por el camino y que no se queda de brazos cruzados como hicieron los gobiernos del PP en esta Comunitat y que tanta desilusión trajo consigo. En este sentido podemos hablar de un presupuesto proactivo en lo económico y responsable en lo social.

Me gusta, además, que estén tan al tanto del día a día de las personas, después de sufrir tantos presupuestos deshumanizados, en la época de la derecha valenciana. Presupuestos de la derecha que miraban al cemento como única salida para progreso social.

Ahora, en cambio, se ponen encima de la mesa proyectos para impulsar el alquiler social, la gratuidad de la educación de 0-3 años, para acabar con el copago farmacéutico, para aumentar la ayuda a la dependencia, para acabar con las listas de espera... Es un presupuesto claramente humano, que nos sitúan en el "ahora¨ y que, insisto, mira a los ojos del futuro.

Además, estamos hablando de un proyecto que consolida el cambio iniciado en 2015, blindando el Estado del Bienestar y que señala el camino por el que tenemos que transitar para garantizar nuestro proyecto de futuro. Sin duda, es fiel representación de los objetivos que el Pacte del Botànic se marcó al inicio de esta legislatura.

Y lo es porque consolida los derechos sociales de los valencianos y valencianas para que nadie, por la razón que sea, pueda ser excluida. Defiende además con valentía el derecho universal a una vivienda digna, que no se esconde ante los problemas de miles de ciudadanos para crear y establecer sus proyectos de vida con dignidad. Apuesta claramente por un sistema educativo público de calidad, en el que nadie quede atrás, o apartado, por no poder afrontar los gastos que supone su formación. Que, apuesta por la sanidad universal como derecho básico de todas las personas, como así se ha venido haciendo todos estos años de gobierno progresista.

E insisto, un proyecto de presupuestos que tiene bien claro que las políticas sociales y económicas siempre tienen que ir de la mano y, por lo tanto, que tiene capacidad para sentar las bases de una Comunitat competitiva e innovadora, sin otro afán que el de crear puestos de trabajo estables y de calidad. Un presupuesto que apuesta por la cultura y el deporte, que genera un nuevo impulso en áreas como la cooperación al desarrollo, la solidaridad y la responsabilidad social, pero que también, hace una apuesta importantísima por los municipios; los pueblos y ciudades que son nuestra base comunitaria, el lugar donde vivimos y que necesitan el refuerzo también ambicioso de la Generalitat Valenciana.

Evidentemente, es un presupuesto consciente de que siguen existiendo problemas e injusticias a los que hay que dar respuesta. Un presupuesto consciente de que sigue habiendo una bolsa de desempleo importante; que el acceso a la vivienda es complicado para sectores de la población; que la violencia machista sigue dejando demasiadas mujeres por el camino; que necesitamos una política europea ante las crisis migratorias y muchos otros deberes que tenemos como políticos y como sociedad. Pero la resolución de estos problemas tiene que venir de las buenas políticas, de las acciones positivas hacia el conjunto de la sociedad, del debate y el diálogo, de la negociación y la cesión entre diferentes visiones. Y para eso, necesitamos seguir reforzando la democracia y las herramientas que hacen posible el entendimiento. Y este presupuesto camina por esta senda, la que la Comunitat necesita.

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