Desde hace algunos años va siendo cada vez más frecuente la aparición en los diversos medios de comunicación referencias a la relación «Alicante y la Guitarra». Para quien no cuente con información sobre esta cuestión, no deja de sorprender esta conexión, - que puede ser entendible a primera vista, más propia de cualquier ciudad de Andalucía, cuya imagen del flamenco suele venir inseparablemente unida a la de la guitarra -, que de Alicante. No nos extrañaría tánto si el nombre y fama de Alicante apareciera a resultas de los «arroces» alicantinos, o de la luz tan indescriptible que inunda la vida de todos los que tenemos la suerte de disfrutar de Alicante.

Afortunadamente poco a poco los alicantinos de Lucentum, de Alcoy, de Elche, de Novelda, de Orihuela, de Dénia?vamos descubriendo hechos y acontecimientos que nos ayudan, más si cabe, a presumir de lo que sentimos «como nuestro»; y la relación que Alicante ha tenido con la guitarra en la segunda parte del siglo XX es cuando se conoce, una de esas cosas que la distinguen, - y no por exageración-, como especial y única en la historia del panorama musical en el mundo. Es precísamente la vinculación tan especial que la provincia de Alicante ha tenido con la guitarra por mucho que sorprenda, lo que muy resumidamente es la pequeña historia que vengo a contar en este artículo.

La Guitarra Española salta al mundo musical «a escala mundial» de la mano del Maestro Andrés Segovia (1893-1987). El «fenómeno Segovia» se produce por su singular maestría y virtuosismo personal como intérprete, pero también sin lugar a dudas, por la coincidencia cronológica de Segovia con la aparición de los discos de vinilo, y el desarrollo de los medios de comunicación (radio, y televisión especialmente). Gracias también al desarrollo de los medios de transporte, el desplazamiento de personas de un continente a otro deja de ser excepcional y minoritario para poder ser disfrutado por un número cada vez más importante de usuarios con lo cual personajes como Rubinstein, Pau Casals, Caruso, María Callas, Monserrat Caballé, Elvis Presley, los Beatles? cuyas actuaciones e interpretaciones estarían un siglo antes circunscritos a un círculo restringido y minoritario, comienzan a poder ser disfrutados por centenares de miles de personas.

Con el Maestro Segovia se produce además otra circunstancia cronológica importante, y es que es a finales del XIX y a comienzos del siglo XX, cuando la Guitarra Española, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos desde su abuela próxima la «vihuela», llega a identificarse con sus perfiles actuales; Y sólo es apenas hace 120 años cuando sus formas, medidas, varetaje interior, selección de maderas y técnica constructiva etc? llegan por fin a producir lo que los más prestigiosos luthiers, o guitarreros (como a ellos les gusta auto nombrarse), definen como «el sonido español».

Es gracias a la madurez y perfeccionamiento del «instrumento» a partir de finales del s. XIX, (fundamentalmente con el guitarrero almeriense Antonio de Torres 1817-1892) a quien se conoce como Padre de la Guitarra, contemporáneo de Francisco Tárrega (1852-1909), lo que permite el nacimiento de un instrumento absolutamente singular y único. Un instrumento que saliendo de las tabernas y del mesón a que aludía Machado, es perfecta tanto para acompañar una sevillana, chapurrear el porompompó, como para acompañar a Serrat, Raimon, Cecilia y Mari Trini, Joan Baez, y la novedad: Que también es perfectamente idónea para interpretar un repertorio «clásico». No hay instrumento en el mundo que en tan corto período de tiempo (realmente tiene poco más de un siglo de vida) se haya expandido tánto, que lo toquen tantas manos, y con tan manifiesta versatilidad.

Es gracias a la creación tan reciente!!!! del instrumento la Guitarra Española, como se puede interpretar tanto la música flamenca como la clásica. Y por tanto, lo que se viene llamando Guitarra Flamenca y Guitarra Clásica, son tan sólo el segundo apellido de la Guitarra Española. Es necesario e importante esta aclaración, porque lejos de constituir una denominación utilizada demasiadas veces como «folklórica», la mención Guitarra Española, merece la pena ser defendida frente al intento anglosajón de sustitución del nombre de Guitarra Española por Guitarra Clásica, ignorando la historia del instrumento.

Uno de los más famosos guitarreros, granadino, me decía no hace mucho, que lo que hace diferente a la Guitarra Flamenca de la Guitarra Clásica, no es el instrumento en sí, sino la forma de tañerlo, de interpretarlo..., y que una Guitarra Española bien construída, puede ser «tocada» simultáneamente tanto para acompañar una «soleá» como para interpretar la Chacona de Bach.

No es superfluo que Antonio de Torres sea considerado (Wikipedia) como «el inventor de la guitarra actual, tanto flamenca como clásica, equiparable a Antonio Stradivari (Cremona 1644-1737) en el violín», pero a lo que habría que añadir, que casi 300 años después.

Y me dirán aquéllos de ustedes que lean este artículo. ¿Y todo esto, qué tiene que ver con Alicante?. Y tendrán razón, no tiene directamente que ver con Alicante, pero sí con Andrés Segovia, y es que es de la mano de Andrés Segovia cuando surge el noviazgo magnífico entre Alicante y la Guitarra.

Con el Maestro Segovia confluyen tres circunstancias esenciales. La primera: la madurez constructiva de un instrumento magnífico y versátil. La segunda que, como consecuencia del perfeccionamiento del instrumento, compositores se fijaran en el ella como inspiración de sus obras ( Tárrega, Turina, Granados, Fernando Sor, Agustín Barrios etc?), y que con dicho instrumento sonaran como totalmente «auténticas», transcripciones maravillosas de obras originariamente compuestas por compositores españoles del XIX y XX, como Albéniz, Falla, etc... para otros instrumentos. Y la tercera, y fundamental, que con la radio, y los discos de vinilo, la música pudo por fin salir de las Salas de Cámara, Auditorios Sinfónicos y Palacios de la Ópera para poder ser disfrutada «en casa», en millones de hogares y a cualquier hora del día.

Con la contemporaneidad de intérpretes como Andrés Segovia (Jaén), Narciso Yepes (Lorca), Miguel Llobet (Barcelona), Regino Sainz de la Maza (Madrid), etc, la madurez del instrumento y el avance técnico de la radio difusión y la discografía, la Guitarra Española desde entonces no ha parado de conquistar el Mundo.

Pues bien, dos de los alumnos más significados que el Maestro Segovia tuvo en su dilatada carrera, fueron precisamente José Tomás (Alicante 1934-2001), y José Luis González (Alcoy 1932-1998) Con la particularidad de que la actividad musical de ambos se plasmó esencialmente en la docencia, más que en la gira mundial de conciertos. Y tan alta docencia desarrollaron, y tánto prestigio alcanzaron ambos en este campo, que durante más de dos décadas no hubo concertista de guitarra en el mundo que no se preciara de haber pasado por Alicante y Alcoy para recibir clases de aquéllos, primero alumnos, luego magníficos docentes, dignos hijos musicales de su Maestro Segovia. Y si ustedes siguen interesados en esta parte de la Historia de Alicante, les continuaré contando. Buen día.