El pasado jueves, 18 de octubre, pude comprobar, en primera persona, una nueva afrenta a la provincia de Alicante. Vi cómo las Cortes Valencianas, ubicadas en València capital, aprobaban, con 55 a favor y 28 en contra, un informe sobre la Gestión del Agua en la Comunidad Valenciana con importantes falsedades y donde, una vez más, los intereses partidistas, incluso por encima de la verdad, se impusieron en contra de la provincia de Alicante.

Este informe -presuntamente trabajado por seis diputados alicantinos, tres valencianos y un castellonense y la aportación de 50 expertos en el tema- cuenta con un total de 55 páginas, de las que -curiosamente- 43 son de introducción y sólo 12 de propuestas. Aunque todos reconocen haber trabajado en las propuestas -y no lo pongo en duda- nadie niega que las 43 páginas de introducción hayan sido redactadas por la diputada valenciana Graciela Ferrer, de origen argentino y activista eco-política.

Esta eco-política, diputada de las Cortes de Valencianas, ha redactado 43 páginas con principios sectarios y faltos a la verdad en las que ha puesto, negro sobre blanco, una introducción en defensa de los principios eco-políticos que ella defiende. Y lo triste es que, desde el jueves, lo avalan las Cortes de todos los valencianos.

Con todo mi respeto a sus señorías de las Cortes de València, tengo que confirmarles que no hubo ninguna comisión técnica reglada que avalara el cambio de toma y enmendarles respeto al informe, repleto de falsedades en su introducción, que han aprobado que el cambio de toma del Júcar-Vinalopó se realizó en el 2005 única y exclusivamente por una decisión política. En un momento político como el actual y con los mismos actores: Gobierno PSOE en minoría necesitado de los votos de ERC para la aprobación de los presupuestos. Fue entonces más fácil aceptar el chantaje de cambiar la toma del Júcar-Vinalopó que sacar, a día de hoy, a un puñado de políticos de la cárcel. La condena de la decisión del cambio de toma la seguirá pagando nuestra provincia por mucho tiempo.

Es triste ver, una vez más, cómo se desea poner color político al agua, siendo ese el peor camino para solucionar, de verdad, los problemas que tenemos.

Tengo claro que nuestro presidente de la Generalitat está convencido y bien informado de los problemas hídricos reales de nuestra Comunidad y especialmente los de la provincia de Alicante. Deseo que las 43 páginas de introducción de este informe no le despisten de las verdaderas soluciones, muchas de ellas contempladas en el capítulo de propuestas. Necesitamos que Madrid ponga en marcha rápidamente el Júcar-Vinalopó con premisas sencillas pero impredecibles: asumir una amortización al completo y abrir la puerta al abastecimiento.

Los problemas hídricos de nuestra provincia no se resuelven con «circos» como el del resultado final de este informe. Sólo la información real, el rigor técnico y las altas miras de políticos sensatos serán la fórmula para resolver un problema de verdad para Alicante: la falta de agua.