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José Emilio Munera

Aparece la segunda línea

El caso es que el Hércules arrancó con el buen juego de costumbre, con las dos líneas de cuatro juntas para defender y atacar

Paradojas del fútbol, el Hércules recuperó anoche el liderato y la sonrisa en uno de sus partidos más irregulares del curso, en el que tuvo que sobreponerse a su crónica falta de colmillo y al carrusel indescifrable de cambios que introdujo el técnico Lluís Planagumà en el tramo final. De más a menos en el partido, el conjunto alicantino se reencontró con el gol y la victoria gracias a un certero disparo del centrocampista Diego Benito, que tuvo la fortuna del rechace en el veterano meta rival Morales. Por fin apareció la segunda línea del Hércules, un equipo con muy poca pólvora en ataque que necesita la aportación ofensiva de mediocampistas y laterales para poner remedio a la sequía de Carlos Martínez, un delantero contrastado en la categoría, con goles y con juego, que ha perdido la sensación de peligro con la que llegó al Rico Pérez. También se espera bastante más de Emaná, que apenas dejó un remate con mucha intención en la primera parte y un notable derroche físico con poca claridad para desarmar a la zaga del Badalona. El caso es que el Hércules arrancó con el buen juego de costumbre, con las dos líneas de cuatro juntas para defender y atacar y cargando por la derecha con la dupla Juanjo Nieto-Pol Roigé. Brilló el equipo en la presión tras pérdida para recuperar cerca del área rival y sin sufrir atrás. Pero, al contrario que otras tardes, el juego y las llegadas por el costado apenas se tradujeron en ocasiones. Juli abandonó con frecuencia la banda izquierda para jugar por el centro, pero el balance en ataque fue insuficiente hasta cumplida la hora de partido cuando Diego Benito conectó un gran derechazo raso y seco para anotar el noveno gol en otros tantos partidos. El 1-0 coincidió con el extraño carrusel de sustituciones que descentró al equipo, lo hizo recular y entregar el mando del juego. No se entendió bien el relevo de Fran Miranda por Candela cuando no había otro centrocampista en el banquillo. De modo que la rocambolesca sustitución de Diego Benito obligó a Chechu Flores a actuar unos minutos en el doble pivote, antes de que el entrenador, con muchos aspavientos, adelantara a esa posición al central Íñiguez. Segundos antes, el Badalona se aprovechó del desbarajuste con un remate al larguero que estuvo a punto de estropear la fiesta del liderato y del 96 cumpleaños del Hércules.

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