El episodio del documental presentado en Viena sobre la vinculación de la provincia con la guitarra española en un viaje para 8 personas con cargo al erario público es un nuevo capricho del vicepresidente Carlos Castillo en la gestión de la Diputación que, por los datos que tenemos, ya nos ha costado 26.000 euros en saraos entre la excursión vienesa y el acto que luego se hizo en Alicante. Similar a los informes también pagados con dinero de la corporación provincial e impulsados por Castillo para justificar la inexistente y ya olvidada zona franca. Ni se justifica el gasto ni la oportunidad. ¿Por qué no se hizo ese reportaje sobre las decenas de sociedades musicales alicantinas? ¿O sobre la «dolçaina i el tabalet» tradicional de esta tierra? Seguro que a Castillo no le parecía que tuviera «glamour». Pero es que ahora, además, las facturas del viaje a Austria llevan ocultas un mes y medio desde que las pidió Raquel Pérez, portavoz de EU. Y eso que el presidente de la Diputación, César Sánchez, es el secretario de Transparencia del PP en la nueva ejecutiva de Pablo Casado. En casa del herrero...
