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El original y la mala copia

Las elecciones bávaras han vuelto a demostrar algo que para los políticos de todos los colores hace tiempo que debería ser evidente: puestos a elegir, los electores prefieren siempre el original a una mala copia.

La CSU, partido hermano de la CDU de la canciller Angela Merkel en la mayoritariamente católica Baviera, hizo suya al menos en parte la retórica anti-inmigración de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y el tiro le salió, ¿cómo no?, por la culata.

El partido de las mayorías absolutas tradicionales en esa región alemana, la segunda más poblada del país, obtuvo el peor resultado de su historia (37,3 por ciento) y se dejó más de un 10 por ciento de los votos, porcentaje equivalente -casualidad o no- al resultado de la ultraderecha, que entra por primera vez en el Parlamento bávaro.

Los intentos de la CSU, con ayuda del sector más derechista de la CDU, de descabalgar a Merkel con el pretexto de su supuesto alejamiento de las preocupaciones de la ciudadanía, sobre todo en el tema inmigratorio, contribuyeron antes que nada al desprestigio del Parlamento y de la política en general.

Aún mayor todavía que el de la CSU fue el descalabro del Partido Socialdemócrata, socio de coalición en Berlín de la CDU de Merkel, que quedó sólo en quinta posición, lastrado sin duda por su indefinición ideológica en una sociedad cada vez más polarizada.

La socialdemocracia, igual que Die Linke (La Izquierda), está además íntimamente desgarrada entre los partidarios de la apertura del país a la inmigración y quienes se preocupan ante todo de sus efectos potencialmente negativos sobre la clase trabajadora.

El mensaje más claro fue el de los Verdes, oportunamente recompensados por el mejor resultado de su historia con cerca de un 18 por ciento, que los situó en segunda posición, por delante de la AfD, los Freie Wähler (Electores Libres), los socialdemócratas (menos de un 10 por ciento) y los liberales.

El éxito de los Verdes se debe sobre todo a la claridad y el optimismo radical de su mensaje, que combina la defensa del medio ambiente, la justicia social y el europeísmo, en tiempos en los que otros partidos tratan con distinto grado de convicción de convertir a Europa en una fortaleza cristiana.

Es de destacar también el resultado obtenido por los Electores Libres, plataforma básicamente conservadora, amante de la naturaleza como los Verdes, pero que se ocupa ante todo de temas locales - está ya muy presente en la política municipal- y que puede fácilmente convertirse en socio de coalición de la CSU.

En teoría, la CSU podría también intentar gobernar con los Verdes, pero los separa fundamentalmente el tema migratorio, y la posibilidad de una coalición de ese signo en Baviera dividiría a los ecologistas, algo que trataría de evitar su dirección nacional .

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