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Los efectos de aumentar el salario mínimo

La subida del Salario Mínimo Interprofesional (en adelante el SMI) no sólo responde a una mejora de la economía y a la respuesta a diversas demandas de la sociedad, sino que también sirve para cumplir en parte la Carta Social Europea, que establece que el SMI de los estados que pertenecen a la Unión Europea debería ser de, al menos, el 60% del salario medio. Sin embargo, para alcanzar ese 60%, el SMI debería llegar a 1.126 euros al mes, con lo cual aún se va a quedar bastante alejado de esta cifra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, pactaron personalmente en su reunión en el Palacio de la Moncloa la subida a 900 euros del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Vamos a intentar explicar, las posibles consecuencias que puede tener esta medida para la economía española en general.

Una subida del salario mínimo al cabo de cinco años destruye un montón de puestos de trabajo que pagaban menos que el salario mínimo, pero crea un número básicamente idéntico de puestos de trabajo por encima del nuevo SMI en el mismo periodo de tiempo. El número total de empleos no cambia; los salarios en el mercado laboral suben. Sólo en los estados donde el salto del SMI es muy elevado hay algo parecido a un efecto ligeramente negativo, pero incluso en esos casos la pérdida de puestos de trabajo es casi imperceptible.

¿Quiere esto decir que la subida del SMI a 900 euros es una buena idea? No necesariamente. Para empezar, es perfectamente posible que esta cifra sea demasiado elevada. Si no recuerdo mal, la OCDE recomienda que el salario mínimo de un país no debería superar el 60% del salario medio. En España, el salario medio anda por los 1.400 mensuales, colocando el SMI ligeramente por encima de esa cifra.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) instó este viernes al Gobierno español a que sea "cuidadoso" a la hora de implementar la propuesta subida del salario mínimo, a la vez que lamentó que no se haya aprovechado la fuerte recuperación para reconstruir "su espacio fiscal". Hay que ser cuidadoso con los salarios mínimos, por un lado para no excluir a gente del mercado laboral. Pero, por otro lado, también hay justificación por cuestiones sociales. Equilibrar ambas es tarea difícil.

Sobre el acuerdo entre PSOE y Unidos-Podemos, existen opiniones que dicen que al tratarse de un tema laboral, el acuerdo debería ser negociado a través del diálogo social y no entre partidos políticos. Ese es el mecanismo adecuado para que participen en una decisión laboral los colectivos a quienes afecta, trabajadores y empresas, de las que depende más del 80% del empleo.

Un gran sector opina que este pacto político puede tener efectos "muy negativos" especialmente en sectores con márgenes pequeños y en empresas también pequeñas o con dificultades. También afectaría esta medida a la negociación colectiva, cuya senda en materia de incrementos salariales estaba recogida en las recomendaciones pactadas con anterioridad, y tendría consecuencias negativas en la contratación pública y en las contratas de las administraciones con las empresas contratadas a unos costes contando con unos salarios determinados.

Debemos analizar también la situación de los autónomos y los pequeños empresarios. Cómo se les puede beneficiar con una política medianamente ecuánime y equilibrada, si a la hora de plantear una subida del salario mínimo nos olvidamos que quienes están generando salarios son los autónomos y los pequeños empresarios, estaríamos haciendo algo que es peligrosísimo que es el desequilibrar el tejido empresarial español.

El Gobierno defiende que la subida del salario mínimo a 900 euros va a suponer más empleo y mejores cotizaciones. La patronal lo rechaza, el presidente de la pequeña y mediana empresa asegura que esa subida ha roto el diálogo social e insiste en que puede disparar la precariedad y la temporalidad. No lo ven así los cinco millones de trabajadores que viven con menos de 900 euros al mes y reclaman un sueldo mínimo de mil euros.

Para concluir, una última reflexión: si esta medida se toma con criterio únicamente político, ya me parece inadecuado. Y cuando hablo de criterio político es que hay que tener en cuenta las repercusiones que tiene en otros aspectos, es decir, en los planteamientos que se puedan hacer a posteriori en cuanto a petición de subidas de salario en general en los convenios tomando como referencia el SMI.

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