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José Emilio Munera

Opinión

J. E. Munera

El silencio y la chapuza

«Sostenella y no enmendalla», el Valencia CF sigue enrocado en el argumento de la seguridad para intentar justificar el injustificable veto por razón de nacimiento a los aficionados del Hércules que acudieron el domingo a Paterna. Con todo, algo hemos avanzado y el club de Mestalla ya concede, con la boca pequeña, que la peregrina idea de pedir el DNI en las taquillas e impedir la venta de entradas a los nacidos en esta provincia fue un método «evitable y mejorable».

Salvo por prepotencia o torpeza, o seguramente por ambas, no se entiende que una entidad con la fuerza social y mediática de la valencianista haya dejado crecer la polémica hasta convertirse en centro del debate y el asombro en radios y televisiones de todo el país en un domingo sin fútbol de Primera.

Habría bastado con una simple petición de disculpas en la tarde dominical y con un propósito de enmienda para impedir que la chapuza y la estrafalaria e insólita prohibición del campo del insigne Antonio Puchades se haya convertido en una mancha para el prestigio de la entidad valencianista. Pero no. El club optó por la cantinela de la seguridad y en ello sigue...

Ahora que el asunto adquiere una dimensión política con pregunta parlamentaria incluida para el conseller Marzà es posible que reaccionen en los despachos de la avenida de Suecia y se dignen a ofrecer las disculpas y explicaciones pertinentes.

Tampoco van más allá la Federación Española, Valenciana y Alicantina, que se lavan las manos, pese a que la Segunda B depende de ellas. Con su silencio, como el del Valencia, le dan pábulo y alimentan la chapuza.

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