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Lorena Gil López

Apática y en blanco

Estoy en blanco, lo confieso. No sé si es por la semana rara, con dos festivos, porque no hay Liga y echo de menos la emoción del fútbol y rajar de ese Madrid sumido en una crisis de juego y resultados, o por los efectos de una noche de romanticismo y pasión que me ha hecho no levantarme en toda la noche de la cama para ver cómo están mis pitufos. El caso es que estoy sumida en un estado de apatía y cansancio mientras escribo estas líneas del que me cuesta salir. Mientras, el «belmontazo» se cierne de nuevo sobre el Ayuntamiento de Alicante para sacar adelante la bajada del IBI que pretende Barcala. Hablé una vez con la tránsfuga, ella ni se acordará, cuando todavía era concejal de Acción Social y Vivienda; fue una larga conversación telefónica en la que me pareció cabal, seria, preocupada y responsable por el tema que le preguntaba, la gente que estaba durmiendo en las calles porque no tenía un hogar, personas de extrema vulnerabilidad y sumidas en la pobreza, el alcohol o las drogas. Estaba fuera de la ciudad, se había cogido unos días, pero no tuvo ningún problema en que la llamara para explicarme la labor que se estaba haciendo y la ilusión que tenía en un proyecto destinado a sacar de las calles a los sin hogar.

¿Qué pasó después? ¿Qué ocurrió para que diera ese bandazo, se abstuviera en el pleno y dejase la Alcaldía en bandeja al PP, su otrora rival en la bancada municipal? ¿Qué sucedió para que lleve con orgullo la bandera del transfuguismo y lanzase la acusación de que la izquierda le había intentado comprar su voto a cambio de prebendas? Ya les dije al principio que estoy en blanco, ¿y ella? ¿se abstendrá Belmonte hoy en el decisivo pleno del IBI? Me temo que mi cansancio y desgana seguirán, pero la pasión no me la quitará nadie.

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