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Frágil dramaturgia

Compañías emergentes y otras con notable trayectoria conviven en el Alacant a Escena de este año. Jóvenes valores en reducida dosis pero con el estímulo que genera el fomento de la profesionalización. Y no es que la pequeña muestra dé muchas alas al tejido teatral de nuestra provincia, pese a que aumente el gasto y a la incorporación de la Generalitat y de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, junto al Ayuntamiento y a la Diputación. Así las cosas, la Caja Negra del Centro Cultural Las Cigarreras acogió el miércoles a la Cía. Traspasarte, que estrenó Furbytale. Una historia sobre el veraneo eterno, un espectáculo de creación colectiva con la dirección técnica de Emilio Manzano. Si el veraneo es un estado de bienestar y no tuviese fin en una distopía futura, «¿qué anhelamos ahora?», se preguntan. Aclaremos que eso consiste en una utopía negativa, indeseable y de alienación. Una sociedad imaginaria, sí, pero como consecuencia de corrientes sociales de hoy. Un mundo donde no haya frustraciones ni sufrimientos, en el que la tecnología deshumaniza y convierte a la persona en una prolongación de las máquinas. Más aún. En un robot para estar siempre bien, como le ocurre a una de las protagonistas, que se transforma en un Furby, ese muñeco peludo y electrónico, nacido en 1998 y dotado de inteligencia artificial básica, que se relaciona con los humanos y aprende a comunicarse, a tener identidad en apariencia. Esto es lo más válido del desarrollo de una dramaturgia que da muy poco de sí. Frágil, con rasgos infantiles (otros más maduros) y un par de actrices, Sara Ruiz Ferrer y Blanca Escobar, que actúan en función de todo ello. Creado en 2014, el grupo busca su sostén en las artes vivas y visuales. En el carácter multidisciplinario como mecanismo de expresión y comunicación. Por ahora solo apuntan. Y utilizan la palabra con escaso valor escénico y algunos gritos de disconformidad. Dos raperos cantan, con mínima fortuna, en la Caja Negra, que se llenó, y vale el retrato verbal de Sara Ruiz pintando a un joven en el refugio de su habitación y de las redes sociales.

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