Dice la directora general de la Sociedad Valenciana de Medios de Comunicación, Empar Marco, para justificar su petición de más dinero para la nueva radiotelevisión pública valenciana À Punt (lo que era Canal 9, vamos), que es un servicio «tan necesario como la Sanidad o la Educación». Asegura que con los 55 millones del actual presupuesto frente a los 69 que necesita «no podríamos asumir tantas cosas como queremos hacer» y que «todo el mundo tiene que ser consciente porque no llegamos». ¡Puf! No podemos permitirlo.
Los enfermos de cáncer del Hospital de Sant Joan donde se han suprimido cuatro de sus nueve oncólogos están indignados porque la tele valenciana no tiene suficientes fondos para ser más creativa. ¿Y qué decir de los investigadores de las universidades alicantinas que han visto que el Consell apenas les ha aprobado la mitad de proyectos de investigación por falta de presupuesto? Están que trinan porque la tele no puede abrir los platós que necesita. Que À Punt llegue a todo también es básico para esas personas que están en lista de espera de una intervención quirúrgica o una prueba que puede ser vital para ellos, por no hablar de los miles de niños que han empezado el curso en aulas a 30 grados y sin aire acondicionado, que no tienen medios para el comedor o que siguen en barracones.
Desde el inicio de las emisiones de la tele valenciana hace 4 meses, su directora general lleva diciendo que 55 millones es poco. Y es que, si es tan importante como la Educación y la Sanidad, ¿cómo vamos a escatimar? No hay más que tener en cuenta lo mal que lo hemos pasado desde que cerró Canal Nou y hasta que abrió À Punt. Bueno... el 1% que tiene de audiencia en la Comunidad, claro.
