Desde febrero de 2009 cuando estalló Gürtel con un registro de la conselleria de Turismo, todo el mundo miraba en la misma dirección: Francisco Camps. En julio de 2011, dos meses después de su reelección, al entonces presidente de la Generalitat y líder del PP le costó el puesto la apertura de juicio por los trajes de Gürtel acusado de cohecho impropio. Salió ileso de un juicio con jurado junto a Ricardo Costa, entonces su número dos en el partido. Posteriomente, sin embargo, el sumario por la financiación ilegal del PP de la Comunidad en las elecciones de 2007 y 2008, otra pieza de esta trama, colocó de nuevo a Costa en primera línea. No sólo por una implicación directa que le ha costado una condena de cárcel sino, especialmente, por su confesión, base de una sentencia que ratificó que el PP se nutría de fondos al margen de la ley a través de Gürtel y en la que apuntó directamente al expresidente, instalado desde que dejó el cargo en el Consell Jurídic con sueldo, coche oficial, secretaria y despacho con un coste de 160.000 euros anuales para el erario público. Costa no movía un dedo sin trasladarlo antes a Francisco Camps. Hablaban varias veces al día. Lo saben todos los que conocían los entresijos del PP durante aquella etapa. Parece, por tanto, casi imposible que Camps no supiera lo que se cocinaba en su partido. Que no supiera que El Bigotes -su amiguito del alma- era el «comercial» de Orange Market, proveedor de la Generalitat y del PP. Y que no supiera que su Consell contrataba con el entramado de empresas de Francisco Correa. Ahora, precisamente, la Audiencia Nacional reabre, a raiz de esa confesión de Costa, una de las piezas de Gürtel en la que se indaga si Camps ordenó adjudicaciones desde la Generalitat para favorecer a la red corrupta. Camps ya está imputado por el supuesto fraude de más de 300 millones de la Fórmula 1 y por la visita del Papa a Valencia, otra de las ramas de Gürtel. Pero ahora se le va a investigar directamente por esa relación que tenía «su» Consell con la Gürtel. Turno para el señor «X».