Estoy seguro de que José Juan ya ha pasado página tras el error cometido ante el Oviedo. Tuve la suerte de trabajar una temporada con él y sé que tiene una cabeza privilegiada. Cuando ocurren este tipo de accidentes en un campo la idea durante la semana siguiente es la de tratar de minimizar todo lo posible el error. Analizarlo, para intentar de que no vuelva a ocurrir, pero sin machacarlo mucho para no crear dudas en el portero. No obstante, José Juan es un cancerbero muy maduro que apenas comete este tipo de acciones. Uno o dos, a lo largo de una temporada. De hecho, en el mismo partido disputado en el Carlos Tartiere no se vino abajo, siguió saliendo como siempre y no tuvo miedo en actuar como en él es habitual. Otros metas se meten bajo los palos y no arriesgan tratando de que pase el temporal. De cien situaciones como las del domingo, 98 las resuelve de manera satisfactoria. Me acuerdo que la pasada campaña cometió un error en pretemporada ante el Levante, recibiendo un gol en el que pudo hacer más, pero, a partir de ahí, se vino arriba y demostró lo gran portero que es. En la fase decisiva sus actuaciones permitieron que el Elche lograra el ascenso a Segunda División.

José Juan es un portero muy solidario, capaz de ayudar mucho a los equipos. Profesionalmente es un diez. Todo lo que le dices lo asimila y lo pone en práctica en cuanto puede. Destacar cómo se cuida, como si los años no pasaran para él. Cada temporada es el futbolista de la plantilla con el menor pliegue de grasa. Le gusta bajar un kilo cada campaña y eso supone un esfuerzo tremendo. Yo diría que su capacidad de sacrificio es superior a la del delantero Cristiano Ronaldo.