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José María de Loma

El palique

Jose María de Loma

País de Villarejos

Tenga cuidado ahora que está en la pausa del desayuno. Lo que hable con sus compañeros de trabajo ( López lleva tres días con la misma camisa) puede salir a la luz dentro de cuatro o cinco años. Cuando tal vez López sea su jefe. O se haya muerto o se lo esté tirando. Y no veas qué apuro.

Lo de que caminamos hacia un Gran Hermano ya está dicho. A mí lo que me interesa quién es el gran primo. O sea, quién sale perjudicado de todo esto. Seguramente todos, que nos quedamos sin intimidad. Nadie está a salvo de quedar fatal si se publican sus conversaciones íntimas, por ejemplo, tomando una copa después de un buen almuerzo con vino. Eso está claro, pero, en cualquier caso, la gravedad del asunto (almuerzo de la ministra Delgado con Villarejo, Garzón el juez y otros peces gordos) es que aún a estas alturas del siglo alguien diga de alguien que es «maricón» para zaherirlo y desprestigiarlo. Se refería al ministro Grande-Marlaska. Ya es raro un adjetivo y un tono machista, tabernario, homófobo y de llevar tres anisetes baratos en cualquiera, pero más en una mujer culta y preparada, con sus oposiciones y todo a fiscal. Esperemos que no haya encarcelado a nadie por homosexual. O a lo mejor los llama invertidos. En la comida se refiere a Marlaska como «mariconazo». Tenemos una ministra ruda.

No sé si tiene que dimitir, pero desde luego no se puede decir que no tenga prejuicios. Y malas compañías. Gusto para la bebida sí. Parece que hubo un refinado vodka. El Gobierno de Sánchez va a sobresalto por día y al presidente le empieza a pasar lo que a todos los presidentes: está más cómodo en el extranjero. Qué bonito Quebec. Se le caen los ministros, si es que esta cae, como se le caen las monedillas de dos céntimos a un niño chico con bolsillos pequeños al que su padre hubiera dado un puñado de calderilla. Y cada vez que se cae, el niño se pone más nervioso y se mueve más. Se hurga más los bolsillos. Más se caen las monedas. Las cloacas del Estado están en restaurantes de lujo. El CIS sale a decir que gana el PSOE, la presión sobre el Gobierno se redobla y los mentideros, conciliábulos y cenáculos bullen. Seguro que en más de uno hay grabadoras. Tenga cuidado con lo que le dice a su interlocutor. También las cloacas huelen a Chanel. O a chuletón. País de villarejos.

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