Duele comprobar cómo las expectativas se deshacen en el fango. Hace más de tres años, los ciudadanos de Torrevieja decidieron echar al PP del poder local. Los que habíamos sufrido la chulería, la inquina y la prepotencia de Eduardo «and company» nos alegramos del cambio. Se abrían nuevas posibilidades. Cinco partidos diferentes, unidos para intentar construir otra Torrevieja posible.

Se notó una mejoría en la actitud general. Ya no había miedo a tocar las puertas y a buscar puntos de consenso a través del diálogo.

Pero el tiempo pasó y las estructuras de poder continuaron igual. Los mismos personajes de confianza que había elegido el alcalde expresidiario o su delfín continuaban gestionando tareas de responsabilidad. Los flujos de información también pertenecían a los mismos que la utilizaban anteriormente para su beneficio. Los argumentos empezaron a contrariarse y llegaron las mentiras; con el tema de la productividad se alcanzó el cénit del desvarío.

¿Cómo un alcalde de Izquierda Verde puede pretender castigar con la retribución de la productividad a los trabajadores del Ayuntamiento? ¿En qué estaba pensando cuando en 2017 abrió la veda de utilizar este complemento salarial para castigar lo que él denomina absentismo?

Desde CC OO hemos defendido desde el principio que el problema era fundamentalmente técnico, pero nos faltaban detalles para alcanzar la Verdad en toda su complejidad. Un alcalde de Los Verdes no puede pretender castigar las ausencias laborales, ni las enfermedades, minorando una nómina que lleva destrozada desde hace diez años, con una pérdida de poder adquisitivo del 25%. Un alcalde de izquierdas no puede hacer suya la ideología casposa y cutre de la derecha, basada en el miedo y en el castigo, en lugar de la recompensa.

Un buen alcalde no pondría en duda la salud de sus trabajadores y fomentaría medidas para compensar, en vez de reducir, las nóminas de los servidores públicos de Torrevieja.

Duele percatarse de que la esperanza de cambio real no fue nunca una alternativa. Los mismos que luchamos para conseguir una Torrevieja cuerda, perdimos la batalla con los alcaldes del PP y ahora con el alcalde de Izquierda Verde que, seguramente ni es de izquierda ni es verde. Tanto sufrimiento, tantos insultos y amenazas recibidas para que, al final, el ambiente de crispación sea casi insoportable.

La productividad le pertenece a todos los trabajadores del Ayuntamiento como un complemento fijo y mensual, derivado de pronunciamientos judiciales. Deje de poner en duda sentencias firmes y busque soluciones que lo diferencien de su antecesor. Motive a los funcionarios y al personal laboral de la administración local, haga que se sientan valorados y útiles en su trabajo con un ambiente reconfortante y borre las líneas torcidas de su argumentario.

Sólo así cabría alguna esperanza, no con el embuste, el miedo o las estratagemas pueriles basadas en el criterio de los mismos impresentables que estarán cerca del poder siempre, esté usted, uno con coleta u otro engominado.

¡Ánimo a todos los trabajadores del Ayuntamiento en sus reivindicaciones!