Los Presupuestos del Estado para 2019 deberán ser los que muestren el cambio de tendencia, desde unas políticas conservadoras como las que representaba el PP, hacia otras más preocupadas por los problemas reales de la gran mayoría social de este país. Téngase en cuenta que los Presupuestos, actualmente en vigor, aunque los gestione el Gobierno de Pedro Sánchez son, en realidad, los que aprobó el anterior ejecutivo de Mariano Rajoy, ya que no tuvo ni tiempo para cambiarlos.

El nuevo Gobierno sólo dispone de los 84 diputados del PSOE. Necesita buscar apoyos, para gestionar, entre las fuerzas que le permitieron ganar la moción de censura y, especialmente, en Podemos por su fuerza parlamentaria y cercanía ideológica.

La sintonía actual entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es una buena señal para la continuidad de la legislatura, a pesar del lógico disgusto que ello ocasiona a las fuerzas conservadoras. Los recientes acuerdos que ambos están pactando, de cara a los presupuestos próximos, quieren dotar de más contenido social a los mismos y revertir, en lo posible, los recortes provenientes de la época del PP. No es tarea fácil, por la situación heredada, los límites del techo de gasto pactado con Europa y por la propia realidad parlamentaria.

Propuestas como las de acabar con el copago farmacéutico de los pensionistas, así como garantizar que la subida de las pensiones se ligue al IPC e incrementar en mayor cuantía las más bajas, supone atender una demanda de un colectivo que supera los 9 millones de personas. Asimismo aplicar medidas fiscales para mejorar la cotización de los autónomos y rebajar el IVA a productos de primera necesidad. Revertir recortes en Educación, Sanidad y Dependencia también son objetivos que se anuncian entre otras medidas. Podemos también ha planteado fijar en 1.000 euros el salario mínimo interprofesional.

Para avanzar en estas cuestiones hace falta voluntad política y, por otra parte, mejor financiación. Se está discutiendo una nueva ley presupuestaria que permitiría una nueva senda de déficit más flexible (5.000 millones de euros más) y pactada con Bruselas. Y, por otra parte, hay que mejorar los ingresos del Estado. Podemos está planteando al PSOE algunas cuestiones en esa línea y todo apunta a algunos acuerdos en ese tema: Lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida y hacer que los que más tienen paguen más. Si se compara la presión fiscal que soportan trabajadores, autónomos e, incluso, muchos pensionistas, con la que tienen las grandes empresas del Ibex, las tecnológicas, las Sicav, las rentas de capital, etc., el resultado es escandaloso.

Garantizar el Presupuesto para 2019 supone casi la continuidad de la actual legislatura. Y sería una buena noticia. Recuperar todo lo perdido exige tiempo y es mucho lo que hay que mejorar. Pero hay que ir haciendo más cosas: la nueva financiación autonómica no puede esperar. La descentralización del Estado y aumentar la participación y transparencia en la gestión del mismo es básica. Y, en el capítulo de inversiones, atender cuestiones pendientes en algunos territorios, como es nuestro caso en Elx. Llevamos años de absoluto olvido, desde Madrid, en infraestructuras hacia nuestra zona. Se nos ha prometido de todo, pero no se ha hecho casi nada. Ni siquiera terminar lo que falta de la Ronda Sur. Ni mejorar la línea ferroviaria de cercanías. Ni hacer la conexión con el aeropuerto. Ni poner en marcha el AVE (tal vez lo más innecesario ahora). Ni mejorar la seguridad vial en la A-7. Ninguna solución para el río Vinalopó, etc. Sólo promesas y más promesas.

Por otra parte y, a nivel autonómico, hace unos días se reunieron los integrantes del Pacte del Botànic: PSOE, Compromís y Podemos para hacer seguimiento del mismo y aclarar una cuestión que el presidente Ximo Puig ha insinuado recientemente: la posibilidad de adelantar las elecciones. No parece que haya ninguna razón para ello, excepción hecha de querer ser el primero en aplicarlo. La ciudadanía, que sabe lo mucho que hay pendiente por hacer, no entendería ese adelanto. Es mucho mejor que se aprovechen estos meses, hasta mayo, para gestionar mejor y concretar muchas de las propuestas anunciadas y todavía no ejecutadas.

También en nuestro caso, en Elx, tenemos muchas promesas desde Valéncia sin resolver desde la época del PP. Aunque se hable de ellas en el Debate de Política General, lo importante es que estén en el Presupuesto de 2019 y, aún más importante, que se ejecuten. Ha llegado muy poco a Elx esta legislatura: Ahí siguen los barracones escolares. No se inician obras de nuevos centros escolares, ni sanitarios ni sociales. Elx se merece y necesita mucho más. Aprovéchese el tiempo que queda para intentarlo.