Concierto de Carmen París
Entra y canta «Jota de la fiera» a capela, antes de meterla mano y de convertirse, con otra letra y otras formas musicales, en «En mi pecho». Es la potente y melódica voz de la gran cantante y compositora Carmen París, cuyas raíces aragonesas y el gracejo maño están muy presentes durante su versátil actuación en Casa Mediterráneo, situada, como saben, en la antigua estación de Murcia. Ella no solo interpreta canciones, sino que mostró sus dotes de comedianta a algo más de los 250 espectadores del aforo. La capacidad musical e interpretativa de La París logra un concierto con trazos de cabaret que evocan a «Carmen Lanuit», título y personaje de un espectáculo que se pudo ver hace 24 años en Alicante, en el ahora inexistente Jamboree Jazz-Café y dentro de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos. Una artista entrañable y dicharachera con estilo único, lleno de frescura, creatividad y juguetón. Pocos álbumes en tres décadas de trayectoria, cuatro y colaboraciones, pero válidos para comprobar por dónde camina la singularidad de esta mujer. La fusión de sonoridades incluye la jota aragonesa («la madre del cordero», según dice), el jazz, la música andalusí y otras corrientes musicales que saboreó el público. Los puristas se alarmaron en su momento al mezclarse la jota, el chotis, el cuplé o la ranchera. Y respondió con el irónico encanto de «Jotera lo será tú». El chachachá, la jota, el tango e incluso el rock & roll se funden en «Cosas insolitas», sin acento en la segunda palabra como licencia poética de la autora. Uno de los peculiares guisos del álbum InCubando, que Carmen compuso en La Habana y grabó en Madrid. Toca el piano y conecta con los asistentes, quienes escuchan el «bolero cuántico», que nos recuerda a Einstein, «Distancia espeluznante». Con «Te solté la rienda» homenajea a María Dolores Pradera, y del disco «Entre todas las mujeres», que varias cantantes interpretan homenajeando a Sabina, extrae «Calle Melancolía». O «Mediterráneo», de Serrat, y el lamento de los pueblos saqueados (todos) en «Cadenica de oro». La jota en inglés, para hacerla exportable, con jazz y a lo New York, «Just one», o «Cuerpo tris
