Suena a sueco, por ello y sin problema podría ser el nombre de un mueble de Ikea pero no hace falta un montaje previo tan tedioso como frustrante y que ni mucho menos los hijos se casen o emancipen para reemplazarlo. Cuestión de calidad. «¡Bismarkk es un tipo de tortuga!», dice Pedro Tortosa mientras se cuelga a la espalda su mochila. Pero explica que en realidad el nombre es en honor de Otto Von Bismarck, artífice de la unificación alemana. «Nosotros también queremos unir y romper fronteras conquistando el mercado extranjero», dice mientras se coloca la pulsera con la bandera de España, que para Pedro llevarla en Barcelona «es muy divertido, la situación allí es insostenible. Por eso, pronto me mudaré a Madrid. ¿Dónde si no?».
Tiene 30 años, asesor fiscal, diseñador, emprendedor y también rapero. «¡La asesoría fiscal tiene su punto creativo y mucha magia!». «¿Magia la asesoría fiscal?», pienso en voz alta. Pedro se ríe. «¡En serio! Una cosa es una gestoría y otra un consultor de fiscalidad. Aunque, de pequeño era muy artista?». Nació en Elda, rodeado de artesanía y moda. Hace dos años, él junto al ex jugador del Hércules C.F y, hasta hace poco, capitán del Elche, Edu Albacar, crearon Bismarkk, una firma de mochilas en piel que se cuelgan a la espalda muchos personajes populares como Sara Carbonero, Iker Casillas, Pilar Rubio, El Rubius, Andrés Iniesta, Santiago Segura, Amarna Miller, Cristina Bosca, Paula Moya, Sandro Ramírez, Álex Moreno? «El abanico es muy diverso desde directivos de Antena 3, políticos de primera línea o María Lapiedra», comenta Pedro. Además, colaboraron con Sony Pictures y la última película de Spiderman creando un diseño exclusivo del hombre araña con 100 unidades que lucieron los integrantes del equipo como el director de la película, Jon Watts y el protagonista Tom Holland, entre otros.
El próximo mes de octubre cumplirán dos años y el centro de operaciones está en Elda, en un pequeño taller donde cuatro personas elaboran cada pieza artesanalmente. El joven empresario lamenta la situación de su pueblo, cuna del calzado, porque considera que no se valora el trabajo que se hace allí. «En mi pueblo se hacen las armas de mujer, los mejores zapatos del mundo. Lo que me gusta es poder potenciar la industria de mi tierra. Todas las fabricas de lujo fabrican allí y me da mucha rabia ver que no avanza. No hay un lobby, cuando la fabrica de al lado se arruina no te puedes poner contento porque el próximo puedo ser yo. Mentalidad, cultura, educación, valores? va por ahí», comenta.
