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¡Basta ya de violaciones religiosas!

La reprobable actuación pedófila de algunos sacerdotes, faltando a la ejemplaridad que deben

Define el diccionario de la RAE la pederastia como una "inclinación erótica hacia los niños" o "abuso sexual cometido con niños". Viene esto a cuento por los abundantes casos de abuso sexual cometidos por miembros de la Iglesia Católica, muy en concreto los recogidos en el escalofriante y extenso informe que hizo público el fiscal general del estado de Pensilvania (EE UU). En él se revela que unos 300 sacerdotes habrían abusado sexualmente de más de mil menores durante las últimas décadas y, lo que es más grave, delata el "encubrimiento sistemático por parte de altos funcionarios de la Iglesia". La investigación destapa una maquinaria de silencio y de protección por los jerarcas eclesiásticos (incluyendo a la Santa Sede) acerca de los brutales excesos realizados por el clero, ya que en la exposición se menciona que el Vaticano era conocedor de hechos similares desde el año 1963. Desgraciadamente, como tantas veces ocurre, la mayoría de los procesos penales han prescrito. Con total seguridad, los abusos sexuales denunciados representan la punta del iceberg puesto que este tipo de infortunios tiende a ser silenciado por los que lo padecen, dado su carácter vergonzante, y ser perpetrados por personas dotadas de una posición de autoridad; además, resulta difícil que se crea a niños ante la palabra de un hombre consagrado a Dios. Los marcos del delito suelen ser seminarios, orfanatos o escuelas, donde niños y adolescentes están en contacto con los curas. Los sacerdotes tienen al alcance (catequesis, comuniones, confirmaciones, confesiones, ejercicios espirituales€) a infinidad de críos y púberes, o sea, las personas más fáciles de intimidar o manipular y muy vulnerables sobre las que ejercen una enorme influencia, rayando lo sobrenatural. El mayor problema es que actos tan abominables se repiten con excesiva frecuencia en multitud de diócesis. Siendo denunciados por particulares y agentes civiles, estas demandas han sido minimizadas por la jerarquía, guardando una indiferencia sistemática frente a las víctimas y obstaculizando las investigaciones para evitar así el procesamiento de los presuntos culpables. El escándalo salpica, entre otros, a Estados Unidos, Australia, Irlanda, Alemania, Francia, Bélgica, Austria, Holanda, Chile y, como no, a nuestro país. Las malaventuras no son privativas de naciones con tradición católica, sino también de otras como el Reino Unido o Canadá, por poner un ejemplo, sin obviar otras religiones. Las autoridades vaticanas fueron reiteradamente informadas de acciones pederastas de sus sacerdotes, pero da la impresión que su reacción fue bastante benévola, limitándose en la práctica a trasladar a los sospechosos pederastas de parroquia, lo que supuso poner en riesgo a otros feligreses. Las víctimas de la pedofilia han señalado a los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI con algún grado de responsabilidad de lo acaecido al haber encubierto las denuncias realizadas. Durante el gobierno de este último sumo pontífice se produjeron los mayores escándalos sexuales, los cuales se intentaron atajar de forma un tanto tibia, ofreciéndose a colaborar con la justicia y a perseguir los abusos cometidos. Por el contrario, su sucesor, el papa Francisco, reaccionó con inmediatez y de modo contundente, sintiendo "vergüenza y dolor" ante tan horrendos hechos, llegando a pedir que haya "asunción de responsabilidad", tanto para los culpables como para los que miraron para otro lado y permitieron los abusos, evitando que fueran juzgados por la justicia. ¿Por qué se producen estos execrables casos de perversión? La respuesta no es simple, pero es probable que influya de manera notable el que la Iglesia se muestre recelosa con la sexualidad y no reconozca su importancia. Si no el culpable total, el celibato sacerdotal es sospechoso de que detrás se escondan buena parte de los desmanes en los que caen los que profesan esta acción de vida y no son capaces de conservar la castidad. ¿Cuántas animaladas sexuales se evitarían si se eliminara tal obligatoriedad? Con seguridad muchas, amén de salvaguardar de este tipo de tropelías a infinidad de niños, adolescentes, mujeres y hombres.

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