Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Cuarto poder?

Xàbia, descanso del «guerrero»

«El año que viene me despediré con mi gente. Fue una lástima no poder terminar el partido ante un jugador como Rafa [Nadal]. Es tiempo de descansar en Xàbia». Así se despide un grande. David Ferrer Ern (Xàbia, 2 de abril de 1982). Con la sencillez y la humildad que jalonan la trayectoria de uno de los mejores deportistas en la historia de la Comunidad Valenciana y de España.

Siempre lejos de los focos, partidario de pasar lo más inadvertido posible, el adiós de «Ferru» resume a la perfección la carrera del «guerrero», tal y como le despidió Roger Federer: apego incondicional a su gente y su entorno, máxima exigencia y compromiso con el tenis y amor por su Xàbia natal, donde la gente le venera, como todo el circuito de la ATP.

Su gente y su entorno ya sabían desde la primera semana de agosto, cuando «Ferru» cayó en primera ronda en el Masters 1000 de Toronto, que dejaría el tenis en 2019, previsiblemente en mayo en el torneo de Madrid.

Su reciente paternidad y los malos resultados de los últimos tiempos -matizados por la brillante victoria en la Davis en Valencia ante Kohlschreiber- le pusieron a cavilar. Luchador irreductible, conocido en el mundo de la raqueta como uno de los mayores «gladiadores» de la historia, David había perdido frescura física y competitividad en la frontera de los 36 años y no estaba dispuesto a continuar si ya no podía plantar cara y rendir al máximo nivel. «No es que no quiera, es que no puedo», volvió a reconocer en otro alarde de sinceridad tras abandonar por lesión el US Open y admitir que ya le faltan las fuerzas.

Relegado al puesto 148 del ránking de la ATP, el que fuera tercer mejor jugador del planeta en 2013 deja atrás 18 años de profesional, de los que siete formó parte del «top ten» más duro y exigente de la historia del tenis. Ha sumado 27 títulos de la ATP y perdió las finales de Roland Garros de 2013, ante Rafa Nadal, y del Torneo de Maestros de 2007 frente a Federer. Es el tercer tenista español con más títulos tras su amigo de Manacor y Manuel Orantes y la propia ATP le reconoce como el mejor tenista de siempre que nunca ha ganado un Grand Slam.

Es ya un lugar común recordar que Ferrer tendría más de un «grande» en sus vitrinas de su casa en Xàbia de no haber coincidido en el tiempo con el «big four» más completo que se recuerda: Nadal, Federer, Novak Djokovic y Andy Murray.

Pero más allá de los números y los logros, David Ferrer deja tras de sí una estela de deportista ejemplar, de luchador infatigable y de buena gente, al que adora todo el mundo del tenis. En la victoria y en la derrota. El circuito profesional ya te echa de menos y nosotros te esperamos en Xàbia. Descansa y disfruta, guerrero. Te lo has ganado con creces.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats