Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Manolo Alarcón

El precio de un voto

La decisión del presidente Puig de cerrar filas con el Gobierno de Pedro Sánchez, aprobando la modificación del nuevo objetivo de déficit para las comunidades, ha supuesto la llegada de cerca de 850 millones de euros para pagar, entre otras cosas, 350 millones que aún se adeudaban de la America's Cup, ahorrarnos 250 millones de IVA que el ya exministro de Hacienda Cristóbal Montoro nos exigía día sí y día también e ingresar 245 millones para «relajar» (esta es la palabra que han usado) el déficit. También nos permitirá refinanciar de medio a largo plazo mil millones de deuda -¿a quién no le debemos?-. Este ha sido el precio del voto que hace un mes Puig no le dio al Gobierno de su partido y el miércoles sí con la justificación de que ahora, en Madrid, le cogen el teléfono. « Ha habido un cambio de actitud por parte del Gobierno de España», ha dicho el president. No creo que a estas alturas del mandato le preocupe mucho el grado de malestar que sus decisiones puedan causar en sus socios del Botànic (Compromís y Podemos), más bien creo que se la trae al pairo y toma las decisiones en función de las necesidades de su partido, aunque con ello haya cambiado su discurso, y de lo que él considera bueno para la Comunidad. A nueve meses vista de unas autonómicas (o quizá menos) me temo que los socios de Puig tienen más dependencia de él que al revés. Otra cuestión es que pretendan ponerse de acuerdo para que la Generalitat cambie de manos, lo que también le costaría a ellos sus cargos. Escenificar una crisis, acentuar sus críticas contra un presidente al que ellos han puesto o amenazar con una ruptura no sé si es el camino que ha elegido Mónica Oltra, quien por lo que declara parece que tiene un ataque de infidelidad con Puig. Pero bueno, ¿qué se esperaba? ¿Es que no sabe que el Pacto del Botànic está ya amortizado?

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats