Ocho de la tarde del mes de agosto de 1988 en el Manolo Maciá de Santa Pola. Calor infernal y pocos curiosos en las gradas para presenciar un trivial amistoso entre los locales y un Hércules que se prepara para defender su orgullo por vez primera en las catacumbas de Segunda División B. Suena un chasquido, le acompaña un grito. Hombre al suelo. Hay lesión.
Es Antonio Montes, uno de los fichajes del Hércules para la delantera. Viene de debutar en Primera con el Valencia hace sólo unos meses, pero el grito viene acompañado de esguince de tobillo. No hay ambulancia en el estadio, tampoco nada que se le parezca. Caos. Montes, aún con el traje de faena, se desespera mientras trata de no apoyar el pie. Hay solución, poco ortodoxa, pero solución. Una pareja de turistas italianos presencian la viñeta y se ofrecen a llevarlo en su coche a una clínica de Santa Pola.
Siempre habrá tiempos peores. ¿Se imaginan tal suceso en plena actualidad, en plena vorágine de Twitter e Instagram? Por fin un verano relajado. El Hércules 18/19, con el único enigma de las molestias de Emaná, llega al comienzo de la nueva temporada tranquilo, sin sobresaltos, casi desacostumbrado a que la normalidad se convierta en el patrón de conducta. Y toquemos madera porque éste es el año de la excepción. Porque rarezas las ha habido y muchas. Por culpa suya, pero también ajena.
Pretemporada 1998, estadio La Magdalena de Novelda. Los dos equipos de corto esperando a unos árbitros que no llegan. ¿Solución? La del médico en la sala. Chacón, árbitro de profesión y espectador coyuntural, baja de la grada y se presenta voluntario. Voilà. Un año antes, también en Novelda, el portero local se chocaba contra el poste y perdía cuatro dientes. Mal arranque de temporada.
Sólo un pequeño conato de revuelta hubo este verano entre Hércules y Cádiz en Pinatar. ¿No había otro rival para competir? En la pretemporada de 1987 el árbitro decidió terminar el Hércules-Pumas UNAM cinco minutos antes de lo debido por «agresión generalizada». Lejos quedan aquellos homenajes veraniegos en los que grandes estrellas reforzaban para la cita al Hércules. Fue más de uno: Juanito, Migueli, Alemao, Zamora... Que ruede ya el balón. Todo lo bueno está por venir.
