Cualquier investigación científica que emplee el uso de datos temporales necesita tener, o bien un seguimiento año tras año a lo largo de series de tiempo cortas o largas o bien estratificando las series a periodos de tiempo conjuntos de antes y después de ciertos impactos. Es también necesario, en el caso de animales móviles como las aves, que siguen unos ciclos de cría, migración e invernada, contrastar los datos exhaustivos entre años dentro de una misma estación o ciclo anual.

Después de leer el artículo del diario Información del pasado día 3 Agosto del 2018 sobre la fauna actual del Pantano de Elche, me resulta apropiado ofrecer unos someros datos cualitativos de las visitas de anillamiento científico de aves realizadas por el autor en compañía del anillador fallecido médico cardiólogo Doctor Mariano López Maciá, en los veranos de finales del pasado siglo (1988-1990) y contrastarlos con una visita de observación el día 11 de agosto de 2018, después de treinta años. Esto puede dar una idea de cómo ha evolucionado cualitativamente la avifauna y su hábitat, en un plazo de treinta años.

Es muy importante resaltar la importancia de ofrecer, aunque de modo cualitativo y muy simplista, datos de anillamientos de este enclave en años donde no existían equipos o grupos de anillamiento que pudiesen ofertar datos de tiempos tan antiguos. Ahora, sin embargo, existen grupos de anilladores, grupos de investigación universitarios y observadores de aves que sí pueden aportar datos exhaustivos estacionales e interanuales de la avifauna de este enclave. Por tanto esta nota de prensa solo pretende dar una información poco precisa de la evolución de algunas especies y su hábitat en un sector muy concreto de este enclave.

En primer lugar hacer constancia de que el hábitat del Pantano de Elche estaba sometido hace 30 años a una muy elevada contaminación de las aguas debido a la suelta de material proveniente de las canteras de mármoles de Aspe. Recuerdo que todas las aguas estaban colmadas de restos material cálcico y los alrededores de la cubeta eran un auténtico colmado de carbonato cálcico que hacía muy difícil colocar el material de anillamiento y trampeo, pero sin embargo el carrizal era abundante, de alto porte y alcanzaba hasta los límites exteriores de la cubeta.

En cuanto a la ornitofauna, los resultados de los anillamientos ofrecían bastantes capturas de Carriceros comunes y Carriceros tordales, dos paseriformes que resultan muy eclécticos y/o más adaptados al carrizal denso, húmedo en su base y de alto porte. Otra especie que resulta de sorprendente captura en los alrededores de la cubeta fue el Martin pescador, un ave no paseriforme que viene demostrar la gran adaptación de esta especie, sin duda alimentándose en aquellos tiempos de la gran cantidad de invertebrados (libélulas) que había, que al parecer abundan más en hábitats de aguas contaminadas, lo que viene a demostrar la adaptación de esta ave a ambientes acuáticos degradados. A finales del 2000 junto con miembros del GADE realizamos campañas de anillamiento de golondrinas en dormidero allí y resultó ser un importante dormidero para esta especie, de unas 10.000 golondrinas, con aproximadamente 300-400 anillamientos por jornada. Rio abajo se dieron buenas capturas no sólo de martin pescador sino de otras aves no paseriformes como el andarríos grande.

La visita actual a la cola del pantano ofrece un hábitat similar al existente hace 10-15 años con invasión de matorral y arbustos de saladar hacia áreas donde hace 30 años existía carrizal muy denso y de gran altitud con agua en su base, probablemente por la ausencia de agua de escorrentía de la cubeta del pantano, con la presencia abundante de una especie de matorral saladar como la curruca cabecinegra.

En conclusión podríamos decir que el hábitat de los alrededores de la cola del Pantano y su avifauna ha empeorado cualitativamente en ciertas épocas a lo largo de los años al decrecer especies como los carriceros comunes y tordales debido a la pérdida de hábitat de carrizal denso, de alto porte e inundado (llegué a ver nidos de carricero tordal en 1992-1993 en carrizales ubicados en el mismo borde del camino de la cola del pantano) y al verse ocupado por especies de aves no típicas de ambientes de carrizal como las especies adaptadas a áreas degradadas ocupadas por matorral arbustivo como las curruca cabecinegras. Esto es lo que hay.