Facebook ataca de nuevo. La red social de Mark Zuckerberg mantuvo conversaciones con varios bancos estadounidenses para conocer la información bancaria de sus usuarios. En concreto, se interesó por las transacciones con la tarjeta de crédito y por el dinero que guardan en la cuenta corriente. Piense mal y acertará. El nivel socioeconómico de los usuarios de la red social es importante para la nueva estrategia de Mark Zuckerberg. Quiere convertir Facebook en un espacio donde, más allá de conectar a personas, se pueda comprar bienes y servicios y su chat, Facebook Messenger, sirva como un servicio de atención al cliente. El primer movimiento de Zuckerberg para darle un enfoque comercial a la red fue la incorporación del apartado «Marketplace», una pestaña dentro de la plataforma en la que se venden productos de todo tipo de personas cercadas a la ubicación de cada usuario. Es la versión de Facebook de «Wallapop». El esfuerzo de la red social por dejar de serlo no tienen límites. Durante el último año la plataforma social más poblada del planeta contactó con entidades bancarias de Estados Unidos como JPMorgan Chase, Wells Fargo, Citigroup y US Bancorp para discutir sobre potenciales ofertas para los clientes de estos bancos a través de Facebook Messenger. Sin embargo, una de las compañías rompió relación con Facebook por problemas a la hora de valorar una operación así en términos de privacidad, según revela el diario estadounidense Wall Street Journal. Una vez más, la privacidad le juega una mala pasada a Mark Zuckerberg, que no parece entender que los datos de sus usuarios no le pertenecen. La compañía respondió a estas acusaciones a través de su portavoz Elisabeth Diana. No niegan tener contacto con los bancos pero aseguran que la información bancaria no la usan con fines publicitarios: «No utilizamos los datos de compra de los clientes para anuncios». Y añadió: «Como muchas otras empresas, hablamos con entidades financieras sobre cómo podemos mejorar las experiencias comerciales de la gente». La culpa es de la inteligencia artificial. Facebook no es la única compañía tecnológica que trata de estrechar lazos con el sector bancario. Amazon o Google también quieren que los bancos compartan información sobre las cuentas del usuario para complementar las funciones de sus asistentes virtuales. En un mundo en el que Siri o Alexa pueden responder a casi cualquier cosa, resulta muy útil que también puedan acceder a las cuentas y realizar transacciones. El problema, más allá de la seguridad de los euros, son los bancos y su nuevo modelo de negocio. Ellos también se suben al carro de los asistentes virtuales y ofrecen sus propias aplicaciones. En lugar de colaborar, compiten. Los inversores de Facebook no parecen disgustados con la relación de la plataforma con los bancos porque las acciones de la red social subieron un 3,5 por ciento en Bolsa a raíz de la noticia. Al usuario, en cambio, le toca echar una mano a la cabeza y la otra al bolsillo.