La claridad de las tardes de verano, cuando el día alarga su luz, permite otear el horizonte más fácilmente y contemplar mejor aquello que rodea nuestras vidas, como si intentásemos plasmar con la mirada el realismo mágico de Antonio López y sus paisajes urbanos, donde hasta las grúas parecen adquirir belleza.

En el horizonte de alguien que resida en la playa de Muchavista y que oriente su mirada hacia Alicante centro, encontrará frente a su vista 16 grúas en plena actividad. Si esa misma mirada la hubiese hecho seis o siete años atrás se hubiese encontrado con 2 solitarias grúas, una de ellas abandonada a su suerte en una promoción inconclusa.

De esta comparación simple, ¿podemos extraer alguna conclusión? Evidentemente ha vuelto la actividad constructora a nuestra costa, pero las conclusiones, aunque puedan ser válidas no deben ser alcanzadas tan solo por la mera observación, deben ser contratadas con fuentes más fiables y completas, las que proporcionan los datos del Instituto Nacional de Estadística, INE.

Dicen las tablas del INE que la compraventa de viviendas subió un 23,1% interanual y aún con este gran incremento seguimos por debajo de los niveles alcanzados en los años del boom inmobiliario, por ejemplo: en el primer trimestre del 2006 se realizaron 230.033 operaciones, casi el doble de las 128.348 que se vendieron entre enero y marzo de este año.

El boom actual no se parece ni se acerca de lejos al de los primeros años de la década del 2.000. Otro ejemplo: en abril del 2007, se alcanzó en España su máximo histórico de visados para la construcción con 885.181 documentos de obra nueva, en octubre del 2017 se firmaron apenas 75.146 visados, un 8,5% de aquella cifra histórica.

Se puede, a la vista de estos datos, afirmar que no hay un boom de la construcción de viviendas, hay una reactivación del sector facilitada entro otros factores por : a) una evolución positiva de la demanda, tanto de compradores nacionales como extranjeros y b) unos bajos tipos de interés sostenidos por las políticas monetarias del Banco Central Europeo, que llevo en diciembre al Euribor a 12 meses a un mínimo histórico negativo del 0,19%, lo que ha favorecido el aumento de la contratación hipotecaria, que está suscribiendo operaciones a tipos medios del 2,2%, produciendo también un aumento de las operación hipotecarias en 2017 del 9,7%, hasta sumar más de 310.000, la cifra más alta desde el 2011.

¿Qué aspectos preocupan más de esta reactivación del sector de la construcción? Sin duda el aumento de los precios, la burbuja de subidas que ya encadena varios trimestres, en concreto el precio medio subió un 6,2% en el 2017, la mayor tasa media anual desde el 2007 y aún con todo el precio por metro cuadrado fue un 25,8 % inferior al máximo del 2008. La mayor preocupación la produce la enorme diferencia entre el crecimiento de los precios de la vivienda y el crecimiento de los salarios, que está en porcentajes próximos al 1%, aunque los últimos acuerdos a tres bandas de Gobierno, Patronal y Sindicatos, pueden mejorar levemente este porcentaje, quedándose en cualquier caso muy lejos de los incrementos de los precios en las viviendas lo que en condiciones normales afectará a las ventas futuras.

Como analizaba recientemente José Carlos Díaz: «La demanda alimenta las burbujas y si los salarios no crecen es el crédito el que permite que se formen nuevas burbujas». Sigamos con atención la evolución de las ventas y que no se repitan los errores del pasado reciente que tanto daño han producido a las familias de nuestro país y a nuestro sistema financiero.