En Compromís per Alacant estamos satisfechos con que en el Pleno de hoy se vote la cancelación de los préstamos del Plan de Ajuste que nos dejaron como herencia envenenada al Ayuntamiento y a la ciudad la nefasta y caótica gestión del gobierno del PP de los señores Barcala y Casti llo, encabezados por la exalcaldesa, la señora Castedo. Más de 70 millones pendientes de pagar a proveedores que iban acumulando facturas que desbordaban los cajones fuera de los presupuestos municipales. El caos de una derecha definida por la sombra de la corrupción y el descontrol de la gestión económica. Y en esa época la mitad del actual minigobierno estaba también compartiendo responsabilidades con la señora Castedo.

A finales del mes de enero, el señor Barcala declaraba para justificar su voto en contra de buscar fórmulas para cancelar el Plan de Ajuste: «A día de hoy con este minigobierno y las deficiencias, el plan de ajuste es una garantía para los alicantinos que dentro del desmadre y la falta de gestión, no se vaya el tema más de madre». Exactamente lo mismo que podríamos argumentar en este Pleno, seis meses después, desde Compromís para justificar nuestro voto en contra de la cancelación del Plan de Ajuste que trae el PP. Pero no lo vamos a hacer, vamos a votar a favor, vamos a votar sí a cancelar el Plan de Ajuste y lo haremos porque no somos iguales, porque somos diferentes y la gente de Compromís, bien sea en el gobierno o en la oposición, nunca vamos a dejar que los intereses generales de la ciudad, de la mayoría de alicantinas y alicantinos, sean tapados por los intereses partidistas o por estrategias de oposición basadas en el cuanto peor mejor. Vamos a votar sí porque somos coherentes con lo que hemos dicho, hemos hecho y hemos liderado en este mandato.

Por eso, hoy, viendo cómo el PP se suma a Compromís en contra del Plan de Ajuste, nos sentimos orgullosos. Tremendamente orgullosos de haber liderado en estos tres años la reivindicación de esta necesidad de liberarnos de la soga al cuello que suponía para la autonomía municipal y las restricciones en materia de inversiones y contratación de personal. Orgullosos de haber iniciado la campaña #AjustInjust que recibió el apoyo de la mayoría del tejido asociativo de la ciudad, de haber conseguido, a pesar del constante no del PP, sumar voluntades para aprobar, siempre a propuesta de Compromís, en el Congreso y en los plenos de marzo de 2017 y enero de 2018 mociones instando a que el señor Montoro nos permitiese la misma fórmula que le permitió a Madrid en 2014, con Ana Botella de alcaldesa, la cancelación del castigo del Plan de Ajuste.

Somos coherentes y actuamos igual en el gobierno o en la oposición. Hoy lo haremos también. Siempre el PP ha votado en contra, hoy cambiará su posición. Nos alegramos que por fin haga caso a lo que Compromís lleva tres años reivindicando y que el próximo mandato, donde vamos a recuperar la ciudad para el cambio, podamos hacerlo desde un Ayuntamiento libre de la intervención de Madrid.

Votaremos a favor, y lo haremos a pesar de la permanente incoherencia e irresponsabilidad con la que se ha manejado el PP en este tema, secundada de alguna manera por Ciudadanos, o a pesar de la deshonestidad con la que ha planteado el debate el señor Barcala que no ha cumplido, una vez más, su palabra de consensuar con el resto de formaciones políticas las inversiones a realizar en lo que resta de mandato de su minigobierno, débil y manchado de origen con la sombra de la duda y la deslegitimación. Es una más de las mentiras de Barcala con las que está definiendo su gobierno transitorio de la ciudad.

A partir de hoy seguiremos exigiendo al PP que encuentre financiación para todas las inversiones pendientes de ejecución, especialmente aquellas como el Matadero (La Capçalera) o el Centro de Interpretación de la Guerra que ya tienen los proyectos de obra preparados, y miraremos el horizonte con más claridad después de haber podido en tres años sanear la situación económica del Ayuntamiento y liberarnos de un Plan de Ajuste en el que nos metieron los mismos que han vuelto al poder desde la sombra de la duda y que deben de ser desalojados democráticamente en mayo de 2019 por una mayoría de alicantinas y alicantinos que merecen un Ayuntamiento estable, al margen de minigobiernos, y que actúe con rumbo claro para dibujar un futuro compartido del que sentirnos orgullosos. Sin ataduras de nadie. Sin Plan de Ajuste.