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Francisco José Benito

Bienvenida, señora Oltra

«El Gobierno de Castilla-La Mancha no decide si los valencianos utilizamos el agua del Tajo para beber o para comer». Tres años han tenido que pasar para que la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís en la Comunidad Valenciana, Mónica Oltra, se haya unido a la cruzada para defender la continuidad del trasvase Tajo-Segura, acueducto sin el que sería difícil explicar el desarrollo económico que ha tenido el sur de la provincia, de Alicante a Pilar de la Horadada, en los últimos 40 años, desde que a finales de los 70 comenzaran a llegar los primeros caudales del Tajo. Un río de cuyas aguas no solo se han beneficiado los alicantinos, sino también cientos de «alicantinos de adopción», entre ellos miles de castellano-manchegos que encontraron en la provincia su futuro.

Años de transferencias de agua que la sequía, las presiones del Gobierno de Castilla-La Mancha, la ambigüedad con la que el tema se trata en Madrid (la ministra Teresa Ribera ha estado a punto de provocar un incendio por aquello de trasvases los justos, y si no los hay mejor), y la falta de voluntad desde València, donde el Tajo-Segura dejó de estar en la agenda del Consell hace nueve años -tras la triste desaparición del conseller José Ramón García Antón- ponen en peligro.

Afortunadamente, en los últimos dos meses alguien ha debido explicarle al presidente Ximo Puig que en Alicante el agua no solo se utiliza para construir viviendas y parques temáticos, que también, sino para garantizar la propia supervivencia de los alicantinos. Pues bien, quizá por convencimiento, o quizá por no quedarse descolgada de las gentes del sur, la vicepresidenta Mónica Oltra (el agua nunca había estado en la agenda Compromís) ha decidido entrar de lleno en el debate y lo hace como ella sabe, hablando clarito. Oltra ha recordado al Gobierno de Castilla-La Mancha, dirigido por el socialista García Page, hasta hace cuatro días con Podemos como socio, que él no decide para qué se utiliza el agua del Tajo en la Comunidad, si para beber o para comer, entendiendo el verbo en el amplio sentido de la palabra, porque, por ejemplo, de la industria hortofrutícola dependen cien mil empleos. Lo dicho, bienvenida señora Oltra, y que dure. Treinta y cuatro municipios de la provincia, entre ellos, Alicante, Elche, Crevillent, Santa Pola y toda la Vega Baja, no pueden prescindir del Tajo-Segura. Mónica, para cerrar el círculo, pregunte también por la polémica del trasvase Júcar-Vinalopó. Alucinará.

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