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Zapatos mágicos

Sea por hombre o mujer, se baila siempre con pantalones para resaltar el zapateado que la caracteriza

Compañía Sara Baras.Festival de verano Ritmo 2018.

a bailaora gaditana celebra el 20º aniversario de su compañía. En 1998 ya introdujo una farruca, baile masculino por antonomasia, y ahora se inspira en este palo flamenco, cuyo origen tuvo lugar en el folclore del norte de España. Se adaptó por músicos andaluces, popularizándose en la primera mitad del s. XX, y la réplica femenina del baile por farruca no tardó en llegar. Sea por hombre o mujer, se baila siempre con pantalones para resaltar el zapateado que la caracteriza. Gades renovó el estilo con sobriedad e inspiración, y Sara Baras continúa llevando la antorcha de la tradición y la contemporaneidad en Sombras, con la virtud de atraer a los puristas y los aperturistas. Las hechuras clásicas y la evolución no chocan, sino que se fusionan con los recursos técnicos. Todo fue muy aplaudido en el festival de verano Ritmo 2018 del ADDA, que se llenó para asistir a una puesta en escena atractiva, brillantemente musicalizada por Keko Baldomero y con la colaboración (en diferido) del violinista Ara Malikian. Guitarras y percusiones, el cante, el cuerpo de baile y el bailaor y coreógrafo José Serrano, marido de Sara Baras, directora y coreógrafa, dan aliento a la pasión que respira el público. Las primeras posiciones hacen honor al título con sus pasos y figuras. Baras, lentamente, utiliza sus mágicos zapatos. Giros de los suyos y algún desplante. Redoble de tambor con su zapateo y parece que usa ruedas en los pies. Un cantaor-personaje transita a su lado, y la estilización flamenca y el fresco e innovador espíritu caminan. No están ausentes el tradicional bastón, los abanicos y los mantones. El vigor se llena de arrebatos. Y la bailaora cambia de atuendos y reluce. Ha sido La Pepa, Carmen, Mariana Pineda, Juana la Loca, y sigue conservando esencia, sabores, sueños o sensaciones en esta síntesis de su carrera. La iluminación busca sus momentos especiales de gloria y, junto al pintor Andrés Mérida, contribuye al impacto visual. Los ingredientes se combinan. Sara Baras y Serrano avanzan con intensidad en la sugestiva ambientación. El saxo y ella coquetean hasta el estrépito. Y «mi farruca es mi sombra» según el texto de Santana de Yepes. Alegrías, bulerías y dilatado fin de fiesta.

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