Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Comisión Europea cuestiona el ecosistema de Google

No obstante, nada parece indicar que Google vaya a renunciar a un modelo de gratuidad que ha sido exitoso hasta el momento

Esta semana conocíamos la noticia de que Google ha sido multado con más de 4.300 millones de euros por violar la política antimonopolio la Unión Europa. La Comisión Europea considera que Google ha cometido una irregularidad al obligar a los fabricantes de los dispositivos móviles que utilizan su sistema operativo Android a utilizar su buscador y su navegador Chrome, lo que le proporciona una ventaja injusta con respecto a sus competidores.

A diferencia de lo que hace Apple, que utiliza su propio sistema operativo y sus aplicaciones en sus dispositivos, Google ofrece a terceros su sistema operativo, pero al obligarles a hacerlo con las condiciones descritas anteriormente se asegura, según la Comisión Europea, el dominio del mercado de las búsquedas y de la publicidad en los móviles.

Además, la Comisión Europea ha considerado a la hora de tomar esta decisión que Google utiliza el Play Store (el kiosco de la compañía desde el que se descargan el 90% de las aplicaciones de Android), como un incentivo para que los fabricantes de dispositivos móviles opten por su sistema operativo, ya que solo permite su instalación a las compañías que incluyan también su motor de búsqueda y su navegador en los móviles.

Google ha reaccionado a través una nota de prensa en la que Sundar Pichai alerta sobre los peligros que para los usuarios tiene esta decisión, alegando que Android es gratis para los desarrolladores y los usuarios precisamente porque su modelo de negocio es el que ahora se pone en cuestión y que se ve gravemente amenazado por la legislación europea. El CEO de la compañía muestra su preocupación ante lo que considera la fractura de un equilibrio que inclina la balanza hacia los sistemas propietarios, como el de Apple, frente a las plataformas abiertas, como Android. Eso sí, olvida mencionar que la decisión de la institución europea no impide la instalación del buscador y el navegador de Google, como parece inferirse de su argumentación, sino que censura la obligación de hacerlo.

Aunque fuera posible, como argumenta Pichai, que una decisión de este tipo ralentice algunas de las ventajas que a corto plazo pueden obtener los usuarios que utilizan Android (algo que está por ver y que no deja de ser una amenaza difusa), lo que sí es probable es que algunos fabricantes decidan ahora instalar en sus dispositivos otros navegadores y buscadores y eso hará que Google tenga que repartir con terceros una parte -probablemente pequeña- de los beneficios que ahora recibe en conceptos como la publicidad.

No obstante, nada parece indicar que Google vaya a renunciar a un modelo de gratuidad que ha sido exitoso hasta el momento, simplemente tendrá que hacerlo en unas condiciones en las que deberá competir de una forma más abierta.

En definitiva, tras la multa de la Comisión Europea y los cambios estratégicos que deberá acometer Google, la ciudadanía y la industria deben advertir una señal clara en la buena dirección: la lucha contra los oligopolios y la salvaguardada de los intereses colectivos a largo plazo debe defenderse a través de la legislación. Y en cualquier caso, si los usuarios decidimos que el navegador y el buscador de Google siguen siendo los mejores, Pichai y los suyos no tienen por qué preocuparse.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats