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Rajoy ya tiene club de fans: la OCDE

La alta incidencia del trabajo temporal, el subempleo (trabajo a tiempo parcial involuntario) y la continua devaluación salarial es una realidad más que preocupante

A los más ricos no le gusta Pedro Sánchez. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a las naciones más prósperas, ha presentado esta semana su informe Perspectivas de Empleo 2018. Manteniéndose fiel a su discurso inconformista (siempre quiere más) y pro reformista (adalid de los cambios estructurales), sostiene que es injusto culpar a Mariano Rajoy de la situación del mercado laboral en España, que ella misma radiografía y que es tristísima. Dan ganas de meterse en la cama, esconderse debajo de la sábana y no salir más.

El principio del documento induce a la esperanza, aunque sólo sea los dos primeros párrafos. "La situación del mercado laboral en España ha mejorado de forma continua los últimos tres años. El empleo, como porcentaje de la población entre 15 y 74 años, ha aumentado en más de cinco puntos porcentuales desde 2013, pero, en el 53,7% todavía está cinco puntos por debajo de las cifras precrisis". En esta misma línea, la tasa de paro se ha reducido en diez puntos porcentuales desde 2013. En el 16% "permanece como la segunda más alta de los países de la OCDE y unos siete puntos más altos que antes de la crisis", indica el texto.

A partir de ahí, la radiografía ya es pura negrura. "El crecimiento real de los salarios ha sido negativo desde 2016, con un retroceso del 0,4% entre los cuatro trimestres de 2016 y 2017, un punto porcentual por debajo de la media de la OCDE. La gran cantidad de empleados infrarremunerado, en trabajos a tiempo parcial, es uno de los factores clave detrás de los adversos desarrollos salariales en España", sostiene el organismo. No se extraña que, en este contexto, "el grado de seguridad del mercado español sea el segundo más bajo, sólo por detrás de Grecia". Y la pobreza también preocupa. El 15,9% las personas en edad de trabajar vive con menos del 50% de los ingresos medios, nuevamente la segunda peor nota en este apartado, por detrás de Grecia, otra vez.

La OCDE exculpa a Rajoy de estos males al señalar que la reforma laboral ha contribuido a la creación de empleo y que sin ella la radiografía habría sido más devastadora. En su opinión, se permitió a las empresas "fortalecer su capacidad" de responder a las sacudidas del mercado, léase, se rebajó el coste del despido y se otorgó más poder a las compañías en la negociación colectiva en detrimento de los sindicatos. La institución insta a Sánchez a "continuar con los esfuerzos reformistas", en particular, con el desarrollo y coordinación de las políticas de empleo regionales y estatales. También aboga por aumentar el periodo de preaviso del despido.

Devaluación salarial. Analizar lo sucedido en el mercado laboral español con sesgo retrospectivo es un ejercicio estéril, sobre todo por las dificultades de anticipar qué habría sucedido sin la reforma de Rajoy. Pero de lo que no hay duda es de que la OCDE es certera y demoledora en su diagnóstico (otra cosa es su solución, más cuestionable). La alta incidencia del trabajo temporal, el subempleo (trabajo a tiempo parcial involuntario) y la continua devaluación salarial es una realidad más que preocupante.

Sánchez, con un Gobierno en minoría en el Parlamento, poco puede hacer en este ámbito, más allá de meros retoques de impacto limitado y de promover, eso sí, la consecución de pactos entre los distintos agentes del mercado laboral. El reciente acuerdo para el empleo y la negociación colectiva 2018-2020 es un ejemplo, que debió llegar antes (subidas del 3% y un salario mínimo de 14.000 euros). Así lo reconocían algunas patronales el jueves: "la recuperación económica se consolida y es momento de que esta mejora tenga su reflejo en un incremento salarial de los trabajadores para que el crecimiento se traslade a la economía real y, de manera más específica, a los trabajadores con salarios más bajos". Amén. A ver si los grandes pactos llegan y logran que la OCDE, ese club de fans de Mariano Rajoy, pueda reflejar en su diagnóstico del próximo año que el empleo mejora su salud.

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