Verticalidad y más velocidad. Esto era lo que pedía Luis Rubiales en el avión de vuelta a Madrid desde Rusia tras el batacazo de España en el Mundial. Al presidente de la Federación Española, como a buena parte de los aficionados de la Roja, se le había agotado la paciencia con el tiqui-taca español de más de mil insulsos pases por partido. Algo así debía buscar el Barcelona cuando en 2014 fichó a Luis Enrique tras un penoso año firmado por el Tata Martino, que no fue capaz de dar un paso más allá del estilo impuesto por Guardiola y el llorado Tito Vilanova. Luis Enrique enterró el tiqui-taca culé.

Cambió el toque, toque, toque y más toque horizontal por el contragolpe y un juego más directo. Y tras unos inicios titubeantes, en los que incluso tuvo una bronca de dimensiones épicas con Messi tras dejar al argentino y a Neymar en el banquillo en un partido de Liga ante la Real en Anoeta, el Barça remontó el vuelo y se alzó con el triplete: Liga, Copa y Liga de Campeones. Luis Enrique optó por partir el equipo, que el centro del campo diera un paso atrás y aprovechar la velocidad del tridente: Neymar, Luis Suárez y Messi.

Así soplaron nuevos vientos de gloria en el Camp Nou tras la salida de Guardiola. Luego la fórmula fue perdiendo efecto y Luis Enrique buscó nuevas variables, como pasar del 4-3-3 al 3-4-3. Y así empezaron a llegar los problemas, como la goleada en la Liga de Campeones ante el PSG ?que luego se remontó en el Barcelona? o la estocada final en Turín ante la Juventus semanas después. El ciclo de Lucho en Barcelona había terminado. Queda por ver si Luis Enrique es capaz de darle el giro al juego de la selección que viene pidiendo la Roja tras cuatro años cayendo a la primera en los grandes torneos (dos Mundiales y Eurocopa).

Pero Rubiales, a tenor de sus palabras (antes de hacer oficial el fichaje de Luis Enrique), pide algo más: «Tenemos claro el perfil de entrenador. Debe ser una persona de carácter, que imponga su criterio dentro del vestuario y al que se le respete».

Rubiales pide mano dura. Cuando Luis Enrique lo intentó con las estrellas del Barça la cosa no funcionó.

Y en la Roja también hay cracks.