Emilio, «¡la Carmen» se ha muerto! ¡Era mayor y estaba cansada! ¡Tenía casi dos siglos y se ha muerto olvidada! Desde su atalaya vio pasar muchas generaciones de escolares oriolanos y lo hizo callada, en silencio. Si antes de irse nos hubiese contado la infinidad de historias que vivió durante sus ciento ochenta años nos habríamos «quedao alucinaos», porque ¡mira que «la Carmen» vio cosas! Fue vecina del oriolano más universal, Miguel Hernández, pero él prefirió hablar de «su higuera» antes que hacerlo de una palmera, aunque escribió aquello de «?alto soy de mirar las palmeras». ¿Sería por «la Carmen»? En sus muchos años, «la Carmen» vio pasar a muchos Obispos, que, para tomar posesión de la diócesis, accedían -y acceden- a Orihuela por la Puerta de la Olma, junto a la fachada principal de la antigua Universidad Literaria -actual Colegio de «Santo Domingo»-, cuyo edificio también es conocido como «El Escorial» del levante, construido con el «mecenazgo» del Arzobispo Loazes, y ninguno de ellos -los prelados- reparó en ella- ¡total era una palmera! Por ver, al contrario que el «Pueblo Blanco» al que le canta Joan Manuel Serrat, ella si «vio pasar la guerra», ¡y tanto!, porque el colegio albergó una Academia para Oficiales de Carabineros, que estuvo operativa hasta el final de la guerra civil de 1936. ¡Y allí estaba «la Carmen»; viendo la vida pasar!

Pero «la Carmen», lamentablemente, ha sido una víctima más de la dejadez de los políticos, de los actuales y de los anteriores. A nuestros «desgobernantes» parece -¡y digo parece, porque cuando se habla de ellos hay que cogérsela con papel de fumar; no sea que se molesten!- les importa una mierda el patrimonio cultural que hizo grande a Orihuela y que para sí quisieran otras muchas ciudades. Un patrimonio que encumbró a la Muy Noble, Leal y Siempre Fiel a lo más alto, siendo reconocida por ello como una de las gobernaciones en las que se dividía el antiguo Reino de Valencia.

¡Patrimonio! ¿Y eso qué es? En mi reconocida ignorancia, desconocía que «la Carmen», la palmera monumental más alta de Orihuela -medía 24 metros- estaba protegida por la Ley 4/2006, de 19 de mayo, de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana, e incluida en el Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares de la Comunidad Valenciana, desde 2012. ¡No tengo por qué saberlo, aunque me gusta mucho la historia! Lo que no tiene nombre es que el responsable de Medio Ambiente en la Esquina del Pavo, Miguel Ángel Fernández Moreno, haya «pasado olímpicamente» del cuidado de «la Carmen», y eso que la Asociación Palmeral Vivo de Orihuela le avisó del riesgo que se corría en su supervivencia. José Manuel Lorente, portavoz de los defensores del palmeral oriolano, amaga con emprender acciones legales para pedir responsabilidades. ¡Todo quedará en nada; al tiempo! ¡Ojalá me tenga que comerme mis palabras! No quiero ser cizañero, pero ¿no cuidar un árbol para evitar su muerte es delito ecológico? Me vienen a la cabeza los desaguisados que «se han cometido y consentido» -quiero pensar que sería por descuidos, no por otros motivos- desde Palacio, como por ejemplo la muerte de las palmeras centenarias que se erguían en la glorieta de Gabriel Miró o las de las plazas Nueva o Santa Lucía, por citar algunas, sin olvidarme del mayor de los atentados ecológicos que se han cometido en nuestro pueblo, la muerte de centenares de pinos en las laderas de la Sierra de la Muela. ¡Y nadie ha hecho ni dicho nada!

¡Total, son árboles! Pero, ya que hablamos de patrimonio cultural, me viene a la cabeza el lamentable estado en el que se encuentra el palacio de Rubalcaba, que tanto le gusta a Carmona y que, no es por nada, pero habría que recordar que es de propiedad municipal y que, por lo tanto, la responsabilidad de su mantenimiento corresponde al Ayuntamiento.

¡Qué bonito sería publicar en el «facebú» o el periódico la foto del alcalde -sea quien sea y si es el actual pues que sea, pero me da que no será él- inaugurando la restauración del noble edificio, que, para vergüenza propia y ajena, se cae piedra a piedra! Para que nos demos cuenta de la dejadez de nuestros «desgobernantes», quiero recordar que, no hace mucho, leí en el periódico que «se escapó» una subvención de más de medio millón de euros para empezar a rehabilitar el edificio. Leo «in the journal» que Cs está dispuesto a cargarse a Bascuñana siempre que PSOE y Cambiemos le dan la alcaldía. Y me digo, ¡otro despropósito, como el de la reforma de la plaza de toros, que -dicen- incumple la normativa urbanística, o prohibir que los ciclomotores circularan por el centro del pueblo, la denuncia socialista sobre el pago de sobresueldos a 20 funcionarios de concejales afines al alcalde, la muchacha que repta por el salón de plenos o que las playas están sin servicios/chiringuitos por un olvido, mientras que nos suben el agua 12 euros al año! ¿Qué hemos hecho para merecer esto? De todas formas, hoy no es día para acordarse de palmeras, mujeres/reptiles, palacios o mociones de censura. ¡Hoy es el Día del Pájaro, pero recuerda Emilio, que «la Carmen» se ha muerto y alguien será el responsable; búscalo antes de «irte a casa»!