Lunes

CASILLA DE SALIDA

Ni Sánchez ni desde luego Torra hubiesen sido presidentes sin el golpe de Estado. Sánchez jamás habría obtenido la investidura con el pretexto de la sentencia de Gürtel y Puigdemont seguiría viviendo en Barcelona y no en Berlín. Pero la nómina de usufructuarios es amplia: el mismo periódico que hace unos meses llamó a Sánchez «insensato sin escrúpulos» por pretender gobernar con el apoyo de Podemos y los partidos independentistas, ahora describe jubiloso el vis a vis que han tenido en Moncloa como el «inicio del deshielo». También en TVE han reaparecido algunos tertulianos que no se esfuerzan en disimular la consigna: si el diálogo fracasa, los culpables serán el falangista Rivera y un registrador de Santa Pola. Etiquetar el «diálogo» como un elixir purificador permite eludir la pesada cuestión lógica de que finalmente Sánchez deberá renunciar a la Constitución o Torra a la independencia. Fuera de esto, la comedia sólo puede servir para reactivar una comisión bilateral que no se reúne desde el todavía autonómico 2011, programar el asfaltado de autovías o tolerar lazos amarillos y agravios al rey.

martes

VICEVERSA

De un tiempo a esta parte, el PP regala titulares deliciosos: « Sáenz de Santamaría reprocha a Casado que juegue a dividir entre señoras». Las señoras son ella misma y Cospedal. La exvicepresidenta se malicia que Casado está cabildeando para ganarse a los compromisarios de la otra en el congreso extraordinario y ha apelado a un código de honor que invierte los roles tradicionales. Desde Eva y su flirteo con la serpiente que arruinó el porvenir de Adán, siempre fueron las señoras taimadas quienes se entrometían para malquistar a bobalicones esclavos de la testosterona. Esta convención nada pacífica también ha sido arrasada por la revolución del femenino singular y ahora es el macho alfa de antaño quien urde maldades tras la celosía. Comprenderán que tenga dificultades de género para imaginar a Casado con el mismo rango que Leonor de Aquitania o Catalina de Médicis, artífices de sangrientas guerras mientras hacían ganchillo. Es mucho más probable que una tercera mujer le esté asesorando y los cimientos de la civilización permanezcan así incólumes: Atenas domina a Grecia, Temístocles a Atenas y la mujer de Temístocles a su marido.

miércoles

JUEGO DE RIESGO

Admito que tengo dificultades para seguir los procesos mentales de la vicepresidenta Calvo, que propone considerar agresión sexual toda relación sin consentimiento expreso de la mujer. Legislar a impulso de vocerío para ganarse al respetable siempre es tentador y casi irresistible si se endosa el engendro a un tercero, los jueces. Frunciendo el ceño educadamente, la compañera Margarita Robles, jueza en excedencia, ha comentado que no es recomendable prescindir del criterio interpretativo del juez. Cada caso posee matices intransferibles que conviene ponderar minuciosamente en atención a la gravedad de las consecuencias. En los delitos sexuales, las zonas en penumbra son más frecuentes por el ambiente pasional y a la vez íntimo que rodea el escenario del crimen o del pacto. No se puede levantar acta de un flirteo exitoso, que es lo que en la utopía de la vicepresidenta tendrían que exigir los gañanes si pretenden consumar su seducción, ni estabular tajantemente los grados de consentimiento: ¿Qué es un «sí expreso» en un juego que ha sido tácito desde que la mujer de Cromañón dejó caer su pañuelo?

jueves

PASODOBLE EMÉRITO

Prosiguiendo nuestros trámites de recalificación de las «cloacas del Estado» a «Estado cloaca», ayer se filtraron algunas conversaciones sobre los cambalaches económicos del rey emérito con una princesa inconfundiblemente alemana. No hay certeza de que la voz de las grabaciones sea la de la valquiria y mucho menos que sea cierto el contenido, pero el modus operandi de la política española viene siendo desde hace años la difusión interesada de conversaciones que, al margen de su relevancia jurídica, garantizan un goteo rítmico de insinuaciones que desembocan irremisiblemente en la condena por el tribunal de la opinión pública. En cuanto al meollo, los rumores sobre los negocios de Juan Carlos con algunas monarquías petrolíferas son tan viejos como la monarquía y el petróleo. También sobre sus cuentas suizas o el afán paternal con que medró para promocionar el chiringuito de Noos ¿Por qué las mañas del monarca tendrían que ser distintas de las de muchos súbditos ilustres que pernoctan en el módulo de preventivos? La monarquía española es miserablemente pobre e inestable según los estándares europeos, lo que explicaría proveer para un eventual exilio.

viernes

CUAJO

Un tribunal de Schleswig-Holstein ha decidido que el presidente de esta región no cometería delito según la ley alemana si, desobedeciendo reiteradamente las resoluciones judiciales, convocara un referéndum de autodeterminación y declarara la independencia. En cambio, incurriría en un delito de malversación si utilizase fondos públicos para realizar esos hechos. Naturalmente, es un disparate inverosímil: el presidente de Schleswig-Holstein habría violado los artículos del Código Penal alemán que protegen el acatamiento de las resoluciones judiciales y la integridad territorial del Estado. De otra forma, Alemania sería un país inerme. Pero lo esencial no son estas absurdas incongruencias. Al exonerar a Puigdemont del delito de rebelión, el tribunal no sólo ha ignorado la legislación internacional que obliga a considerar exclusivamente si los hechos son delictivos en ambos países con independencia de que su calificación jurídica sea distinta, sino que ha perpetrado una infamia característica de la casposa «leyenda negra»: ustedes, los españoles, carecen de nuestro civilizado pedigrí. El presidente de Schleswig-Holstein sería un traidor, golpista, sedicioso o rebelde; el de Cataluña es un disidente político. El Tribunal Supremo puede ahora bajar la cerviz y tolerar la ofensa o sufrir un justificado arrebato de dignidad mancillada y rechazar la extradición. Deprimente.