No ha empezado aún y ya estoy cansado. No ha empezado aún y ya soy su enemigo. No ha empezado aún y ya me tienen echando fuego por la boca. No ha empezado aún y ya me sé lo que van a decir y las caras que van a poner los miembros del jurado. Se fue La voz de Telecinco porque no renovó con la productora que tiene los derechos y antes de que la audiencia tomara un respiro Antena 3 levantó la mano y dijo, eh, oiga, que me la quedo. No me lo quería creer. Pero sí, Antena 3 intentaba por millonésima vez meter en su parrilla un concurso así a ver qué pasa. Siempre ha fracasado. Siempre. La estructura de su parrilla no es la adecuada para este tipo de productos a los que Telecinco sí le saca la pringue porque sus programas están conectados, imbricados, implicados, domados, y se adaptan a ese rollo nutriéndose de ellos, sea Gran hermano, Supervivientes, o La voz.

Desde hace unas semanas vemos anuncios recordándole a la audiencia que si quiere ya está tardando para apuntarse a las pruebas de selección por ver si es o no concursante de un producto más agotado que la carrera política de mi prima Cospedal -¿seguro?-. No ha empezado aún y ya me ha salido urticaria al saber que Melendi será jurado de la cosa, exportado de Telecinco, para decir sus chorradas. Y lo peor. No ha empezado a emitirse el concursito, y al enterarme de que también estará en el paripé elector el señor David Bisbal, mis canas se han puesto rubias y mi pelo lacio se ha rizado como el de una muñeca pepona, ay, por dios, qué ha hecho la audiencia de Antena 3 para merecer semejante tortura. Sólo faltaba que cazaran a Rosarillo Flores para completar la jaula. Ah, vale, que ya cuentan con ella. Pobre música, pobres niños, pobre La voz kids.