Se acaba de anunciar el nuevo plazo para la llegada del AVE a Elx. Ahora nos dicen que será para después del verano. Ya se sabe que septiembre es el mes para recuperar suspensos. Y eso que hablamos de alta velocidad, para lo despacio que ha ido la cosa.

Después de años de promesas y anuncios varios, en 2010 se licitó el estudio informativo de la alta velocidad a su paso por nuestro municipio. Todos los ministros que han pasado nos han prometido que era prioritario, y que la ciudad de Elx disfrutaría de dicha conexión con Madrid con el AVE procedente de Murcia. Con el tiempo resultó que la estación no estaría en la ciudad, sino que se crearía un apeadero en Matola y que, además, no tendría conexión ferroviaria con la línea convencional. Hasta que se haga dicha conexión, si se hace, habrá que ir, en coche, a Matola para utilizar las líneas de AVE que allí paren. Al contrario que para cogerlo en Alicante, que sí se puede ir en cercanías. Un contrasentido. Nos dicen que está previsto solucionarlo, aunque a los ritmos conocidos es de suponer que pasen años.

Mientras se invierten fuertes cantidades millonarias en la línea del AVE, dirigida a públicos más reducidos; para la convencional, la que circula entre Murcia y Alicante, con paradas en Elx, y que utilizan anualmente más de tres millones de pasajeros, especialmente trabajadores, estudiantes, etc. sólo recibe promesas. Incluso la puesta en marcha de la nueva línea por Matola puede empezar a reducir prestaciones, en Elx ciudad, ya que las cercanías suelen ser las primeras víctima de la alta velocidad, tal y como pasa actualmente en la línea Alicante-Villena. Del resto de actuaciones imprescindibles en la zona, como la conexión con el aeropuerto, supresión de pasos a nivel (como el de Torrellano), solución al tema de San Gabriel, en Alicante o la mejora del viario en Altabix, así como de las propias unidades, etc. quedarán para ese listado de obras prometidas siempre y nunca ejecutadas.

De otras actuaciones, pendientes de Madrid, seguimos acumulando retrasos: Terminar la Ronda Sur y sacar tráfico de la ciudad es una promesa incumplida, así como ejecutar totalmente la mejora de la N-338 para evitar ése punto negro hacia el aeropuerto. Por no hablar de mejora en seguridad vial en la autovía Murcia-Alicante que registra tráficos de alta densidad en demasiados puntos y frecuencias. Estas cuestiones, por no citar otras, acumulan fuertes retrasos en solucionarlas, están muy prometidas pero poco comprometidas. A ver si, ahora, que se acercan las elecciones, conseguimos que se haga algo y, ya puestos, que estudien la posibilidad de la implantación del tranvía o tren ligero entre la ciudad, el Parque Industrial de Saladas-Torrellano y la propia pedanía, en una primera fase. Sería una medida ambientalmente agradecida, y socialmente muy necesaria, para evitar la utilización del vehículo privado en muchos desplazamientos.

Pero las promesas incumplidas no sólo nos las hacen desde Madrid. También desde la Generalitat, faltaría más, tenemos una buena lista de temas pendientes, desde hace años, en áreas como Sanidad, Servicios Sociales, Educación, etc. Está costando más de lo previsto recibir las inversiones pendientes desde épocas anteriores. Y es llamativo que ocurra, incluso, en temas que, en principio, no parecen ni muy difíciles ni muy costosos. Si la nueva sede del Servef, en calle Mariano Benlliure, está como está, obligando a que se tenga que seguir utilizando la vieja, con las consiguientes molestias para vecinos y, especialmente, a usuarios en cuanto a accesibilidad, no se anuncia alternativa alguna a la situación.

Incluso en un tema como el de las oficinas del PROP nos prometen mejoras y, después, se olvidan. Desde que se inauguró, en 2008, ha atendido a casi 400.000 personas en diferentes trámites ante la Administración. Ante tal volumen, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento acordaba, en noviembre de 2016, solicitar al Consell la apertura de una nueva oficina, algo que se decía «ya estaba hablado con València» y que la idea era que se instalara en Carrús. Desde el equipo de gobierno se decía que, para la Consellería de Transparéncia, responsable de dichas oficinas, Elx era un objetivo prioritario. Menos mal. Casi dos años después aún no está. Mientras tanto, el propio conseller, Manuel Alcaraz, un año más tarde, el 27 de diciembre de 2017, declaraba que ya se habían iniciado los trámites con el Ayuntamiento y que, en los próximos meses, sería una realidad, aunque en julio de 2018 sigue sin pasar de promesa. Habrá que presentarle una reclamación, en una PROP, a ver qué pasa con la PROP prometida en Carrús.

Acaparamos promesas e incumplimientos, a ver si esto cambia algún día.